Pocos eventos han generado tantas esperanzas, frustraciones y debates como el pasado VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. L a postergación del mismo por 14 años y el trasfondo político del país (continuación de la crisis estructural del modelo socialista de Estado, inicio de reformas económicas e institucionales, relevo de liderazgo) fueron caldo de cultivo para las más variadas especulaciones. Por ello, al cierre inmediato de sus cortinas, diferentes analistas compartieron sus plurales evaluaciones del foro, tributando al necesario balance de sus resultados en cuyo seno se inserta el presente texto.