Julius Fučík y el día Internacional del Periodista en Cuba

Cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista en recordación de Julius Fučík (1903-1943), destacado periodista y escritor checo, quien fuera detenido por la Gestapo en abril de 1942 y trasladado a la prisión de Berlín-Plötzensee, donde fue ejecutado el 8 de septiembre de 1943.

Para la mayoría de los cubanos, su nombre está asociado con el periodismo revolucionario y combativo, como miembro del movimiento de resistencia durante la ocupación de su país por las hordas hitlerianas. Sin embargo, su labor como escritor es apenas conocida entre nosotros.

Nació en Praga el 23 de febrero de 1903. En esta ciudad transcurrieron los primeros años de su niñez. Posteriormente, en sus años juveniles, radicó con sus padres en la ciudad de Pilsen, primer período de su formación intelectual y política. En Pilsen se fue familiarizando con la realidad de su país, surgido como estado checoslovaco en 1918, una vez concluida la Primera Guerra Mundial, tras casi 300 años de opresión y explotación bajo el Imperio austro-húngaro.1

Lamentablemente, muy pronto las grandes capas explotadas de la población vieron derrumbarse todas sus ilusiones en la recién estrenada república, puesto que la burguesía checa ocupó el espacio dejado por la burguesía austríaca sin que apenas cambiara la situación socioeconómica. Por ello surgió un movimiento anticonformista, incluso dentro del Partido Social Demócrata, donde se reorganizaron las tendencias de orientación izquierdista que trataron de cambiar la política gubernamental. Entre sus miembros se encontraba el joven Fučík, quien cooperaba con reseñas y artículos que publicaba en el periódico Pravda (Verdad), editado en la propia ciudad de Pilsen. En mayo de 1921, durante el proceso de radicalización de los izquierdistas, fue fundado el Partido Comunista Checoslova co, del que llegaría a formar parte Fučík, uno de sus más activos militantes.

Si en Pilsen comenzó su formación política y literaria, posteriormente en Praga tuvo todas las posibilidades de completarla y desarrollarla plenamente durante sus estudios universitarios. Bajo la orientación de su profesor y amigo, Francisco Xaver Šalda,2 el joven Fučík fue adquiriendo una idea muy definida de la función que puede desempeñar el arte en la sociedad y la labor de la crítica como género creador. Los exigentes estudios universitarios y las actividades que desplegaba como militante no fueron un obstácu lo para que Fučík dedicara parte de su tiempo a la crítica literaria. Tras sus primeros artículos publicados en 1922, en 1923 dio a conocer «Libro de las generaciones», un revelador ensayo sobre el joven escritor checo Jiří Wolker3 y su poemario Tĕžká hodina (Hora difícil, 1922). En esta ocasión, Fučík destacó que la antología wolkeriana evadía el subjetivismo individualista vigente en la poesía checa del momento, ajeno a la compleja realidad imperante, y sobresalía por su alto contenido social y revolucionario.

Julius Fučík (1903-1943).

Julius Fučík (1903-1943).

Este segundo período de formación intelectual y política de Fučík concluyó con el ensayo «Liquidación del culto a Wolker», en el cual expresó que el joven poeta quiso y logró ser oído por la nueva clase obrera. Pero en el propio ensayo criticó al grupo literario Devĕtsil4 por haber roto con la tendencia de la poesía proletaria y representar una nueva corriente en la poesía checa a través de los escritores Teige y Nezval: el poetismo.5 Si en los artículos, reseñas y ensayos escritos en estos años se percibe el influjo de la universidad y de Šalda, no obstante se observa cómo Fučík buscó medios de expresión que le serían propios, así como el esfuerzo por hacer una crítica accesible a todos y no tan solo para algunos «especialistas en la cuestión».

El tercer período de su labor en el campo literario se caracterizó por una madurez tal, que llegó a convertirse en un crítico reconocido, cuya pluma comenzó a ser altamente valorada. Publicó ensayos en revistas y periódicos tan importantes en su momento como lo fueron Kmen (Estirpe) y Tvorba (Creación). También apareció su nombre en la rúbrica literaria del órgano central de prensa del Partido Comunista Checoslovaco, el periódico Rudé právo (Derecho Rojo). En sus páginas comenzó su carrera como publicista político a través de artículos en los que criticaba al gobierno de turno y en los que defendía abiertamente a la Unión Soviética en los momentos en que el régimen burgués desataba una campaña antisoviética en su país. Fueron años muy difíciles de constante confrontación, ya que existía una aparente estabilidad económica del país; en el movimiento obrero comenzaban a aflorar ideas reformistas, e incluso dentro del propio Partido Comunista surgía una lucha intestina en contra de ciertas ideas procedentes de sectores socialdemócratas. Varios escritores de renombre abandonaron este, ya que una serie de cuestiones de carácter cultural, político, artístico y estético no estaban definidas dentro de su línea política. Fučík reaccionó ante esta realidad tratando de reunir a todos los escritores progresistas en la revista Kmen, con independencia de su orientación política, donde se esforzó por hacer valer su línea político-cultural, que no era otra que la afín a su Partido. Con esa finalidad dio a conocer el Manifiesto de los doce, en el que criticó a siete renombrados escritores checos que abandonaron la organización en momentos tan difíciles, quienes, además, permitieron que sus nombres sirvieran de apoyo para atacarlo. En esos difíciles años de preguerra, Fučík estaba convencido de que el Partido Comunista era el único que podría orientar una revolución en el ámbito sociocultural, en un contexto en que predominaba una extrema pasividad y evasión entre las restantes organizaciones partidistas.

En 1929 abandonó la redacción de la revista Kmen y pasó a trabajar en el periódico Tvorba. Este fue un paso esencial en su vida, pues con él se separó del aburguesado mundo literario praguense y dedicó todo su tiempo al periodismo político. Con la profundización de la crisis económica, la lucha social cobró auge, ocasión que aprovechó Fučík para desplegar una activa labor como periodista. Visitó los lugares donde la lucha era más activa, participó en las huelgas y manifestaciones callejeras, así como en las reuniones de los comités obreros. Los meses transcurridos en estrecho contacto con los obreros fueron de gran experiencia para él. Enviaba sus artículos a Tvorba y Rudé právo. Además, publicó ilegalmente las revistas en checo Stávka (Huelga) y en alemán Der Streik (Huelga), hasta que el 24 de octubre de 1929 fue encarcelado.

En 1930 viajó a la Unión Soviética, donde residió cuatro meses. Allí se compenetró con la vida de ese país, con las luchas económicas y los esfuerzos que se realizaban en todo su vasto territorio. Tras su regreso, dedicaría gran parte de su labor a divulgar lo que vio a través de artículos, conferencias y polémicas como forma de contrarrestar la labor distorsionadora de la prensa burguesa checoslovaca. En ellos utilizó varias formas de construcción de la prosa moderna, con lo que contribuyó a que el reportaje se convirtiese en parte integral de la literatura artística. Ejemplo de ello son los libros En el país donde mañana significa ayer (1932), compilación de una serie de reportajes escritos sobre la URSS. Debemos recordar que para gran parte de los pueblos checo y eslovaco en aquellos difíciles decenios tras la Primera Guerra Mundial, la URSS representaba una gran esperanza por tratarse del «gran hermano eslavo» que los protegería, pues habían estado casi 300 años bajo el yugo de los Habsburgo austriacos (1620-1918), y ya los tambores de la guerra en la cercana Alemania nazi comenzaban a redoblar.

Durante los años treinta comenzó a agudizarse la lucha de clases en la República Checoslovaca. El régimen reprimió violentamente cualquier manifestación en su contra, por lo que en esos momentos Fučík dio a conocer varios artículos, entre los que sobresalieron «Crisis de la intelectualidad» y «Carta a algunos hombres a quienes respeto», en los que criticó severamente a varias personalidades de las letras, entre ellos a su antiguo profesor universitario Šalda por su ostracismo y silencio.

En esos años, en una serie de artículos resaltó la importante función que podía ejercer el teatro como orientador de las masas, si se apoyaba en las experiencias del teatro soviético. También se dedicó a la tarea de popularizar la literatura soviética entre los lectores checoslovacos mediante traducciones de diversos autores, al mismo tiempo que con artículos como «Maxim Gorki» y «Escritor líder». En estos años Fučík realizó otro viaje a la URSS, donde permaneció de 1934 a 1936 como corresponsal del periódico Rudé právo, además de colaborar con la radio soviética y la Internacional Socialista. De esta época es su reportaje En el país amado, publicado póstumamente en 1947.

Regresó a su país en los momentos en que las fuerzas progresistas comenzaban a unirse en un frente único ante las amenazas de la vecina Alemania, en la que se fortalecían los sentimientos nacionalsocialistas y la política de Lebensraum o «espacio vital», o sea, de expansión territorial. Fučík, a través de sus artícu los, apoyaba los esfuerzos de los escritores progresistas checos que se afanaban en analizar y enjuiciar la realidad social del momento en que vivían, como Karel Čapek,6 quien con finísima ironía en su novela Válka s mloky (La guerra de las salamandras, 1936) satirizó el nazismo.

Tras la anexión de Austria o Anschluss («unión») en marzo de 1938, Hitler se erigió como defensor de los alemanes de Checoslovaquia,7 desatando con ello una nueva crisis. Los acuerdos de Munich, aprobados y firmados el 30 de septiembre de 1938 por los jefes de gobierno del Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, permitieron la ocupación de los Sudetes.8 Seis meses después, en marzo de 1939, Bohemia y Moravia fueron invadidas y convertidas en protectorado del Tercer Reich,9 mientras que Eslovaquia devino república bajo control de la Alemania nazi con un gobierno impuesto que respondía a sus intereses. En ese primer año de ocupación de las tierras checas, Fučík desplegó una encomiable labor. Trabajó como publicista literario en las revistas Svĕt v obrazech (El Mundo en Imágenes), Cesta soukromných zaměstnanců (La Vía de los Empleados Particulares), Včela (La Abeja), Nová svoboda (La Nueva Libertad) y Naše cesta (Nuestra Vía). En ellas publicó artículos sobre los más ilustres literatos del llamado renacimiento nacional checo de la segunda mitad del siglo XVIII y del siglo XIX,10 como lo fueron Jan Neruda,11 Božena Nĕmcová,12 Julius Zeyer,13 Karel Sabina,14 entre muchos otros. Con estos ensayos, Fučík trató de influir en el lector y mantener latentes los sentimientos patrióticos en los difíciles momentos en que se imponían de nuevo la germanización y la eliminación de la cultura nacional por los ocupantes del país.

En 1939 se vio obligado a pasar a la clandestinidad. En 1941, la Gestapo descubrió y apresó el comité central del Partido Comunista Checo, también en la clandestinidad, por lo que Fučík fue elegido por la nueva dirección para atender los asuntos relacionados con la propaganda y las publicaciones. Dirigió la edición de los periódicos clandestinos Rudé právo, Tábor,15 Dĕlnické noviny (Periódico Obrero), Trnavečka y otros. Sus artículos aparecen firmados con seudónimos. En aquellos terribles días redactó lo que es considerada como una novela autobiográfica que refleja las luchas e ideales de su generación, Pokolení před Svatým Petrem (La generación ante San Pedro, 1939), publicada póstumamente una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, en 1958.

En 1942 fue apresado por la Gestapo y conducido a la prisión praguense de Pankrác, donde comenzó a escribir su famoso Reportaje al pie de la horca. Para poder ser extraído este valioso testimonio de la prisión sin el conocimiento del personal de guardia alemán, Fučík se vio obligado a escribir su último reportaje en minúsculos pedazos de papel que entregaba cada día a quien se había responsabilizado con la peligrosa labor de extraerlo. En este, su último reportaje, el autor relató toda la barbarie de que fueron capaces los nacionalsocialistas, a la vez que nos ofrece una hermosa lección del heroísmo y el valor de que es capaz el ser humano cuando está consciente de abrazar una causa justa. A pesar de las horribles torturas y vejaciones, en ningún momento dejó de pensar en los suyos, ni en sus compañeros de lucha. En esos días de horror redactó su testamento, en el que, tras despedirse de sus seres queridos, manifestó el amor que sentía por su profesión: «El trabajo periodístico agota a menudo al hombre, y es posible que hasta le impida concentrarse, pero lo liga al lector y le enseña a crear también en poesía, sobre todo si se trata de un periodista como Neruda. Neruda, sin periódicos en los que reflejara la vida diaria, posiblemente hubiese escrito muchos volúmenes de poemas, pero ni uno solo hubiese podido sobrevivir a su siglo como sobrevivirá toda su obra».16

En el mismo año de 1943 fue trasladado a Budyšín y, más tarde, a la siniestra prisión de Berlín-Plötzensee. En agosto fue sentenciado a la pena máxima, pero esta no se llegó a cumplir hasta el 8 de septiembre del mismo año.17

Por su participación en lucha antinazi en la clandestinidad y por su ejemplar valentía personal, Julius Fučík fue nombrado Héroe Nacional de la República Checoslovaca. Su vida llena de sacrificios por la noble causa de la libertad ha servido de ejemplo, motivo por el cual en 1950 fue reconocida su labor con el Premio Internacional de la Paz.

No debiéramos olvidar que el Día Internacional del Periodista se celebra cada 8 de septiembre como homenaje al talentoso periodista, crítico literario y escritor checo Julius Fučík, ejemplar combatiente contra el nacionalsocialismo, así como reconocimiento a la importante labor divulgadora realizada por periodistas y comunicadores. Lamentablemente, en nuestros medios de comunicación, por lo general, esta fecha pasa desapercibidamente.

Memorial dedicado a Julius Fučik en Bürgerpark Pankow (Berlín).

Memorial dedicado a Julius Fučik en Bürgerpark Pankow (Berlín).

Por último, debemos aclarar que el Día Internacional del Periodista no debe ser confundido con el Día del Periodista, de carácter más nacional.18 En Cuba, durante el mandato presidencial (1940-1944) de Fulgencio Batista y Zaldívar, esta última celebración fue instaurada el 24 de octubre de 1943 mediante decreto presidencial como homenaje a la fundación del Papel Periódico de la Havana en 1790 por Diego de la Barrera Navarro, su primer director y redactor, a instancias de Luis de Casas y Arragorri, capitán general y gobernador español de Cuba entre 1790 y 1796.

 

Referencias:

  1. En el siglo IX, conocido como Bohemia, surgió en torno a Praga un pequeño ducado en el otrora extenso Imperio de la Gran Moravia. Tras la disolución de este imperio en 907, el poder pasó de Moravia a Bohemia bajo la dinastía de los Premislidas. En 1002 el ducado fue reconocido como parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Bajo el reinado de los Premislidas y sus sucesores, los Luxemburgo, el país logró su mayor extensión territorial entre los siglos XIII y XIV. Tras la Batalla de Mohács (1526), el Reino de Bohemia pasó a formar parte de los dominios de los Habsburgo junto al Archiducado de Austria y el Reino de Hungría. En la batalla de la Montaña Blanca (1620), los bohemios finalmente fueron derrotados, lo que representó mayor centralización de la monarquía, imposición de la fe católica a la población mayoritariamente protestante y la germanización. Tras la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806, el Reino de Bohemia fue integrado al Imperio austríaco, tras cuyo colapso en 1918 como resultado de la Primera Guerra Mundial, emergió como parte de la otrora República de Checoslovaquia (1918-1920) y de las posteriores República Checoslovaca (1920-1938), República Checo-Eslovaca (1938-1939), República Checoslovaca (1945-1960), República Socialista Checoslovaca (1960-1990), República Federal Checa y Eslovaca (1990-1992) y, finalmente, República Checa a partir de 1993. Cf. P. Mlsna, F. Šlehofer y D. Urban: The Path Of Czech Constitutionality, Úřad Vlády České Republiky, Praga, 2010, pp. 10-11.
  2. František Xaver Šalda (1867-1937) fue un reconocido profesor de literatura en lenguas románicas de la Universidad Carolina de Praga, además de poeta, crítico literario y ensayista. Su obra como crítico ha sido evaluada como una actividad de alto nivel artístico, a la vez de constituir un análisis comprometido con el desarrollo de la cultura e identidad nacionales. En su país, fue la figura rectora de la generación literaria de los años veinte y treinta del siglo xx. Cf. Colectivo de autores: «František X. Šalda», en Slovník česk ých spisovatelů, Československý spisovatel, Praga, 1964, pp. 481-484.
  3. Wolker (1900-1924), además de ser un talentoso poeta, igualmente sobresalió en el campo teórico y crítico. Su artículo «Proletářské umění» (Arte proletario), de 1922, es, sin lugar a dudas, uno de los más representativos ejemplos de la visión que tenía el joven escritor respecto a la creación y sustentación de un arte revolucionario, combativo y comprometido. Las raíces de esta tendencia en el arte se encuentran en el neoclasicismo y las tradiciones realistas de la literatura rusa del siglo xix, que describe la vida simple del pueblo, de lo cual es un exponente la obra de Máximo Gorki (1868-1936). La novela proletaria tuvo su auge entre 1930 y 1944. Esta orientación en la literatura fue cultivada por escritores estadounidenses como Mike Gold y Georg Fink, latinoamericanos como José Revueltas, Nicomedes Guzmán, Jorge Icaza, Alcides Arguedas y Mariano Azuela, y por los japoneses Kyūsaku Yumeno y Hayashi Fumiko Hayashi, entre otros. A todos los unía la preocupación por la vida cotidiana bajo el capitalismo y los problemas asociados con la industrialización, la modernización y la urbanización. Cf. Daniel Aaron: Writers of the left, Avon Books, Nueva York, 1965; Christopher Gerteis: «Political protest in interwar Japan», en Posters and handbills from the Ohara collections (1920s-1930s), Massachussets Institute of Technology, Boston, 2015, pp. 20-31; José Promis Ojeda: La novela chilena del ultimo siglo, La Noria, Santiago de Chile, 1993; Walter B. Redout: The radical novel in the United States: 1900-1954. Some interrelations of literature and society, Hill and Wang, Nueva York, 1966.
  4. Devětsil fue una asociación vanguardista surgida en Praga en 1920. Sus fundadores fueron el arquitecto y fotógrafo Karel Teige, el poeta y periodista Jaroslav Seifert, el escritor, director de cine, dramaturgo y guionista Vladislav Vančura y el caricaturista, ilustrador, publicista, poeta y diplomático Adolf Hoffmeister. Posteriormente se sumaron el poeta Vítězlav Nezval y el lingüista ruso Roman Jakobson, fundador de la Escuela Lingüística de Praga. El mayor aporte de esta agrupación se centró en los campos de la poesía y la ilustración, así como en la escultura, el cine e incluso la caligrafía. Su nombre alude a las primeras flores de los petasites (Petasites hybridus), llamadas en checo devětsil «nueve fuerzas», que aparecen justo antes de la primavera, metáfora de la intención innovadora del movimiento, que en 1927 cesó sus actividades en Brno, y en 1930 en Praga. Cf. Československá akademie věd: «Devětsil», en Malý encyklopedick ý slovník, ACADEMIA, Praga, 1972, p. 238.
  5. La tendencia imperante en el poetismo fue crear una poesía «pura», cuyos modelos eran la correlación de sensaciones de Charles Baudelaire, los experimentos eufónicos y la distribución tipográfica de palabras de Stéphane Mallarmé, las palabras libres del futurismo de Filippo Tommaso Marinetti, el dadaísmo o «movimiento anti-arte» de Hugo Ball y Tristán Tzara, y el «sistema» abierto de la poesía de Guillaume Apollinaire. Para el poetismo, el arte es un entretenimiento, una diversión, y aunque se le podría reconocer tendencias progresistas, ya que abogaba por una futura sociedad sin explotadores ni explotados, para Fučík constituía la continuación de la tendencia literaria a la que se había opuesto Wolker, es decir, la sustentación de la línea evolutiva de la literatura burguesa en el contexto checo. El último manifiesto del poetismo, ya evidentemente surrealista, fue escrito por Nezval en 1930, cuando el movimiento cesó. Cf. Československá akademie věd: «Poetismus», en Ob. Cit., p. 903.
  6. Karel Čapek (1890-1938) fue uno de los escritores en lengua checa más importantes del siglo xx. A él se debe el moderno concepto de robot, utilizado por primera vez en su obra de teatro U.R (Robots Universales Rossum), estrenada en 1920 en Praga y posteriormente en Londres y Nueva York. También a Čapek se debe la novela Povětroň (El bólido, 1938), cuya trama se desarrolla en Cuba. Increíblemente, esta novela no ha sido traducida al español ni siquiera en nuestro país.
  7. Desde la creación de la República de Checoslovaquia en 1918, se utilizó mayormente la expresión alemana Sudeten para designar a la minoría germanófona que habitaba Moravia y, sobre todo, la frontera de Bohemia con la Silesia alemana y Sajonia (Los Sudetes). Estos representaban más del 30% de la población total de este territorio de unos 3,5 millones de habitantes, quienes, descendientes de colonos alemanes invitados a poblar la región por los reyes de Bohemia a partir del siglo xiii, conservaron la cultura y las tradiciones alemanas. Cf. Československá akademie věd: «Sudety», en Ob. Cit., 1972, p. 1171.
  8. Los Sudetes (Sudetenland en alemán, Sudety en checo y polaco) son una cadena montañosa de Europa oriental, que comprende parte del territorio de la República Checa, Alemania y Polonia. Durante la ocupación nazi, unos 300 000 judíos checos fueron enviados a campos de concentración, donde el 90% moriría. Muchos alemanes de los Sudetes, debido a su conocimiento de la lengua checa, fueron empleados en la administración del protectorado de Bohemia y Moravia, así como en otras organizaciones nazis. El más tristemente recordado es Karl Hermann Frank, general de las SS y sustituto de Reinhard Heydrich tras su muerte como Reichsprotektor designado por Hitler. Cf. Československá akademie věd: «Protektorát Čechy a Moravy», en Ob. Cit., p. 946.
  9. Período de la historia de Alemania comprendido entre 1933 y 1945, cuando el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán de Adolf Hitler gobernó el país. Le precedieron el Heiliges Römisches Reich (Sacro Imperio Romano Germánico) de 962 a 1806 y el Imperio germánico de 1871 a 1918. Francis Rapp: Le Saint Empire romain germanique: D’Otton le Grand à Charles Quint, Seuil, París, 2000; Álvaro Lozano: La Alemania nazi (1933-1945), Marcial Pons, 2008; Michael Stürmer: The German Empire: 1870-1918, Random House, Nueva York, 2000.
  10. A finales del siglo xviii y principalmente durante el siglo xix, Bohemia y Moravia se desarrollaron industrialmente, por lo que muchos campesinos checos emigraron hacia las zonas urbanas en busca de mejores condiciones de vida, en las que predominaba la población de ascendencia alemana y austríaca. Esta situación fue aprovechada por los intelectuales y periodistas de la época para fomentar una mayor conciencia nacionalista en el pueblo checo. Algunos ejemplos de este movimiento fue el surgimiento de periódicos checos en la década del 80, la división de la Universidad Carolina en sección alemana y checa en 1882 y la construcción del Teatro Nacional de Praga en 1883 mediante aporte de dinero del pueblo. Cf. Československá akademie věd: «Národní obrození», en Ob. Cit., 1972, p. 760.
  11. Jan Neruda (1834-1891) fue uno de los principales representantes del realismo checo y miembro de la llamada Escuela de Mayo debido a su reconocida labor como poeta, cuentista, dramaturgo y novelista. Su libro más famoso es Povídky malostranské (Cuentos de Malá Strana, 1877), una serie de relatos sobre la pequeña burguesía praguense decimonónica de Malá Strana (Pequeño Barrio). Cf. Aleš Haman: «Jan Neruda», en Ob. Cit., 1964, pp. 346-349. Inspirado en la obra de este autor checo, el chileno Ricardo Neftalí Reyes Basoalto asumió el seudónimo de Pablo Neruda.
  12. Božena Nĕmcová (1820-1862) fue una de las más importantes novelistas checas, reconocida como una de las figuras más destacadas del renacimiento nacional checo. Su novela más leída es Babička (La abuela), de 1855. En ella narra las difíciles relaciones entre el castillo, donde se habla alemán, y la aldea checa que depende de éste. Cf. Mojmír Otruba: «Božena Nĕmcová», en Ob. Cit., 1964, pp. 341-345.
  13. Julius Zeyer (1841-1901) fue un escritor que profundizó en las raíces de la historia y cultura checas. Cf. Hana Kučerova: «Julius Zeyer», en Ob. Cit., 1964, pp. 586-587.
  14. Karel Sabina (1813-1877) se destacó por su labor crítica y teórica en cuanto al fortalecimiento de la cultura checa a través de artículos, poemas y novelas. Escribió el libreto de la ópera cómica Prodaná nevěsta (La novia vendida), cuya música estuvo a cargo de Bedřich Smetana, considerada como de gran contribución al desarrollo de la música checa. Su versión final, de 1870, ganó rápida popularidad y se convirtió en éxito mundial. Cf. Hana Hrzalová: «Karel Sabina», en Ob. Cit., 1964, pp. 433-435.
  15. En 1420 fue fundada esta ciudad por un grupo radical de husitas, movimiento surgido en Bohemia en el siglo xv, defensor de las ideas reformistas del teólogo Jan Hus, condenado por herejía en el concilio de Constanza y quemado en la hoguera. Recibió el nombre de un monte de la Baja Galilea, Har Tabor en hebreo, donde, según los Evangelios, tuvo lugar la Transfiguración de Jesús, quien se volvió radiante en gloria divina, a cuyo lado aparecieron los profetas Moisés y Elías y donde fue llamado «hijo» por una voz desde el cielo. Los miembros de esta ala radical fueron llamados taboritas, mientras que el topónimo hebreo tabor pasó a la lengua checa (tábor) con el significado de «campamento». Cf. Antonín Profous: Místní jména v Čechách: Jejich vznik, původní význam a změny, Československá akademie věd, Praga, 1957, vol. 4.
  16. Los escritos de Fučík fueron compilados y prologados por su esposa Gusta Fučíková y el escritor Ladislav Štoll en doce tomos publicados entre 1945 y 1963. Cf. Mojmír Grygar: «Julius Fučík», en Ob. Cit., 1964, pp. 107-110.
  17. En esta misma prisión también fueron ejecutados numerosos participantes en las actividades de la resistencia antinazi alemana y austríaca, como los miembros de la Rote Capelle (Banda Roja), el político Eugen Boltz y el general Fritz Erich von Fellgiebel. Igualmente fueron ejecutados parte de los conspiradores que participaron en el atentado a Adolfo Hitler en su base prusiana La Guarida del Lobo el 20 de julio de 1944, como Carl Friedrich Goerdeler, el general Carl-Heirich von Stüpnagel y el mariscal Erwin von Witzleben, entre muchos otros. En la actualidad es lugar de conmemoración y recuerdo de las víctimas del nacionalsocialismo hitleriano. Cf. Rüdiger von Voss y Gerhard Ringshausen: Die Predigten von Plötzensee. Zur Herausforderung des modernen Märtyrers, Lukas Verlag, Berlin, 2009.
  18. En América, las celebraciones varían según hechos ocurridos en los países de la región. Por ejemplo, en Argentina, a partir de 1938, el Día del Periodista se celebra el 7 de junio como homenaje a la publicación de Gazeta de Buenos Ayres, primer periódico de la etapa independentista, fundado en 1830. En República Dominicana es cada 5 de abril en homenaje a la publicación del primer periódico dominicano, El Telégrafo Constitucional, fundado en 1821. En Venezuela, el 27 de junio, en conmemoración del primer número del Correo del Orinoco, creado por Simón Bolívar en 1818.