El mayor legado de nuestra herencia espiritual católica nos llegó de España. Junto con la conquista, los peninsulares trajeron también sus santos: algunos dieron nombre a las primeras villas –como Santiago Apóstol, patrón de Santiago de Cuba o San Cristóbal, patrón de La Habana–; otros llegaron para formar parte de nuestro acervo y de nuestras costumbres. Recuerdo, que cuando de pequeña me enfermaba, mi abuela me leía la oración de San Luis Beltrán (santo dominico del siglo XVI)… y me curaba. Al igual que aquellas oraciones y estampitas que se siguen vendiendo, la mayor parte de las imágenes que hoy adornan los altares de las iglesias cubanas representan a santos y mártires que eran venerados en la Madre Patria; de los albores de la cristiandad son San Juan Bautista, María Magdalena, San Lázaro y Santa Bárbara; otros de la era medieval.