Un día después de anunciarse que Londres sería por tercera vez la organizadora de los Juegos Olímpicos de 2012 –antes en 1908 y 1948- potentes explosiones en el transporte público de la ciudad empañaron la alegría de los ingleses. Como fue en Madrid, el 11 de marzo de 2004, las mortíferas cargas fueron detonadas en el momento de más tránsito, y al contrario del acostumbrado estilo terrorista de la ETA y el IRA, sin previo aviso. Hasta el momento de redactar estas notas los muertos sobrepasan el medio centenar y los heridos, varios de gravedad, los 700.