No es Habanastation la primera película cubana que permite percibir las diferencias de clases en la sociedad instaurada en la Isla tras la Revolución de 1959. Estratos clasistas se ven, más o menos sedimentados, en Memorias del subdesarrollo como herencia histórica; o en Los sobrevivientes como agonía; o en Hasta
cierto punto como distribución profesional. Lo que sucede con Habanastation (1) es que se pasa la estratificación como un punto de llegada natural del socialismo; y al socialismo como un ingrediente “no político” –más bien estético- de la identidad cubana.