Evangelizar la cultura es una expresión reciente en la vida de la Iglesia. Incluso no se hace reflexión teológica alguna sin que se contemple dicho quehacer. En la misma línea, el primer desafío de la actividad de la Iglesia lo constituye esta realidad. De ahí que, al mirar los mensajes escritos de Juan Pablo II a lo largo de su pontificado, este es el tema que sobresale en primer lugar, y, para muchos, es el hilo conductor de su Magisterio. Por otra parte, si como ya indiqué, la expresión es reciente –quizás no más de 60 años-, la actividad evangelizadora de la Iglesia durante estos dos mil años, no ha sido otra cosa que la de evangelizar los ambientes a los que llegaba. Primero al judío de Palestina, después al de la diáspora, más tarde al grecorromano, y así en todos los lugares donde existe la Iglesia. No puede existir la Iglesia sin que evangelice la cultura.