Vuelvo a tratar el tema de la reconciliación, la cuarta vez en casi dos años. No lo hago por padecer de cierta fijación con la materia, aunque reconozco su importancia y la necesidad de análisis que demanda, sino motivado por las reacciones que provocó dicha cuestión, al ser planteada por mi en un evento internacional dedicado a Cuba que auspició la Universidad Católica de Eichstätt, en Alemania, el pasado mes de noviembre. En el mismo participaron intelectuales alemanes, latinoamericanos y cubanos radicados en el extranjero, así como una delegación integrada por miembros de la Iglesia Católica en la Isla.