DEL HÉROE AL MÁRTIR: dimensión de la libertad de morir

En este “Focus” proponemos dos figuras de gran relieve: la de Oscar Arnulfo Romero y la del juez Rosario Livatino. Muchas cosas diferencian a estas dos personas: el primero, salvadoreño, obispo, es asesinado a la edad de 62 años; el segundo, italiano, laico, magistrado, es asesinado poco antes de cumplir 38.

Pero muchas otras cosas los asemejan. Ambos son asesinados para poner fin a su acción: el obispo, por sicarios enviados probablemente por grupos de poder políticoeconómico, mientras celebra misa; el juez, por mafiosos, mientras se dirige al trabajo. Para ambos, dos situaciones de normalidad cotidiana. Ninguno de los dos había buscado la celebridad o había declarado intenciones revolucionarias. Sencillamente se habían encontrado en situaciones de riesgo extremo durante el desarrollo de sus misiones ordinarias, en el ejercicio de su “profesión”.