Diáconos para servir

Al escribir estas líneas sobre los diáconos, me viene a la memoria aquella tarde del Jueves Santo, en que Jesús va a celebrar la Cena Pascual con sus discípulos.

Jesús bajaba lentamente y en silencio hacia la Ciudad Santa con 10 de sus 12 apóstoles. Pedro y Juan estaban en los preparativos y los que servían terminaban de dar los últimos toques a la mesa. A la hora de sentarse a comer, los discípulos comenzaron a discutir sobre los puestos que les correspondían. Se comprende: todos querían estar cerca del Maestro, pero no se descarta la posibilidad de que cada uno se sentía más importante que el resto de sus compañeros. Jesús esta vez no les reprenderá como en otras ocasiones. La pena de verles discutir por tan poco, en una hora tan solemne, fue una más junto a las muchas que ya embargaban su corazón. Pero calló y se sentó a la mesa.