Diálogo, reconciliación y democratización: caminos paralelos

El reconocimiento del problema
La premisa principal para encaminar la solución de cualquier problema radica en el reconocimiento del mismo en toda su complejidad. De manera que lo primero a lograr, es que las partes involucradas se reconozcan en conflicto, en un rompimiento de la concordia en el seno de la sociedad cubana, que impide su desarrollo y bienestar, lo cual demanda una nueva forma de relacionarse.

Puesto que no se trata solo de la reconciliación entre la nación y la emigración, como en un momento se pretendió, sino de la reconciliación de la sociedad cubana, de sus diferentes sectores, internos y externos, es necesario recorrer un trecho que conlleve contactos informales, medidas de confianza y avances democráticos en la sociedad que posibiliten el clima de libertad necesario para que puedan fluir e interrelacionarse todas las posiciones, todos los intereses en un proceso participativo integral.