Ecos de la televisión basura

Las nuevas tecnologías han logrado un impresionante ascenso en la interacción audiovisual. Internet, satélite, zapping… son términos que se tornan, como nunca antes, cada vez más familiares en la aldea global donde vivimos. Así un brasileño que posea un equipo de satélite se puede enterar de lo que pasa ahora mismo en Japón, o un internauta suizo puede navegar y saber cómo van las cosas en Canadá. Esta intercomunicación audiovisual capaz de lograr un acercamiento entre diferentes culturas es uno de los rasgos más positivos de la era audiovisual que estamos viviendo. Pero, como siempre sucede, ello también puede ocasionar perjuicio. Sin embargo, es bueno aclarar, no son los medios malos en sí mismos, como bien advierte el magisterio eclesial en materia audiovisual. Todo depende del buen o mal uso que se haga de los mismos. En tal sentido, es necesario señalar que se ha entronizado un nuevo fenómeno: la llamada televisión basura, cuyas emisiones son mayoritariamente embrutecedoras, de culto al mal gusto, al morbo barato y al reportaje amarillento.