La palabra ecumenismo proviene de una raíz semántica que pudiera interpretarse como tierra habitada. Como adjetivo significa universalidad. En sentido implícito, ecumenismo revelaría también vocación al diálogo, a la conciliación de lo diverso. No por gusto hoy día voluntad ecuménica, talante ecumenista, traduce aquellas conductas que tienden a la búsqueda de las semejanzas, de lo que une más que a las diferencias incompatibles. De tal manera, pudiéramos encontrar la palabra ecumenismo en cualquier terreno de la religión, la política, la ciencia o las artes donde se intente descubrir al otro, reconocerle y aproximarse desde el respeto a la pluralidad.