Desde hace semanas recibo constantes mensajes provenientes de un correo perteneciente a Ana María Suárez, pero siempre firmados por Jorge C. Oliva Espinosa, a quien no conozco.
Son todos ellos correos muy críticos y, no necesariamente reflexivos. No ha mucho, Oliva le pedía al amigo Nyls Ponce, que recordara el tiempo que hacía que no se comía un bisté de palomilla.