EL ESPÍRITU CATÓLICO DEL PRESIDENTE KIM DAE JUNG

En 1971 le tiraron un camión contra su auto, dañándole las caderas. En 1973 lo secuestraron en un hotel en Tokio, para matarlo sin que nadie lo supiera. Lo tenían maniatado y amordazado, con una piedra a los pies y una venda en los ojos. El bote estaba lejos de la costa y escuchó a sus secuestradores discutir cómo evitar que su cadáver volviera a la superficie. En 1980, lo sentenciaron a muerte en la horca, para cambiar a última hora su sentencia, ante un pedido papal de clemencia, por cadena perpetua.