Poco después de que se cumplan los siete años de los tristemente exitosos ataques terroristas a las Torres Gemelas y al Pentágono, los norteamericanos estarán frente a las urnas para elegir su presidente número 44. Parecería un simple ejercicio electoral, tras repetirse ininterrumpidamente por más de 200 años, si no fuera porque, como pocas veces, los candidatos finales han sido tan impredecibles.