Entre el 22 de marzo y el 23 de abril de 1604, en el transcurso de la Cuaresma y antes de las Pascuas de Resurrección, el obispo fray Juan de las Cabezas Altamirano llegó a Bayamo tras una relampagueante visita a las parroquias e iglesias de varias poblaciones.
El Prelado halló la Villa aún revuelta debido al reciente alzamiento en masa de los bayameses, como consecuencia de las pesquisas realizadas por el licenciado Melchor Suárez de Poago, quien había sido enviado a este lugar para combatir el contrabando.