El trabajo, fuente de santificación

La meta del cristiano es ir construyendo en su vida un nuevo ser en Jesucristo. Por el bautismo somos injertados en él y de él recibimos la sabia para alimentar esa nueva vida. Esta tarea la realiza principalmente el Espíritu Santo, pero nosotros no nos convertimos por eso en seres pasivos: nuestra libertad entra en juego y tenemos que colaborar con Él. Por eso nuestra santificación es a la vez tarea de Dios y nuestra.