La obra de Alan Manuel se está insertando en el ámbito de las artes plásticas cubanas a partir de una compleja disyuntiva. Por un lado, se esfuerza por acreditar un estilo, una concepción técnica dentro de un género tradicional como el paisaje, en el que han proliferado un sinnúmero de artistas, no todos precisamente auténticos, aportadores; en el que el lastre de algunas convenciones constituye el primer motivo de preocupación metodológica. Por otro lado, trabaja para difundir ELOGIO Y DIGRESIÓN Por DAVID MATEO con elocuencia y efectividad de recursos los contenidos evangélicos, matizados por su experiencia como hombre insular.