Desde hace algún tiempo es posible padecer el deterioro de la conducta de no pocos cubanos. Hemos advertido la chabacanería de muchos al hablar y al vestirse, actitudes deshumanizadas en relación con el transporte, algunos haciendo sus necesidades fisiológicas en cualquier lugar, travestís, prostitución, personas bebiendo en las calles, consumo de drogas, varios seres humanos durmiendo en portales y parques, y algún que otro revisando tanques de basura y sirviéndose de lo que en ellos encuentran, entre otras actitudes inapropiadas. Sin embargo, últimamente se ha incorporado una conducta mucho más peligrosa: el asalto con violencia.
Ha sucedido, con cierta frecuencia, el arrebato de cadenas y carteras que pueden poseer billetes, entre otros objetos. También se comenta acerca de la facilidad con que los asaltantes han agredido a las victimas. Llegando, incluso, en muchos casos a privarlos salvajemente de la vida, al despojarlos de cualquier minucia. Dichos asaltos han ocurrido en lugares públicos, pero igualmente se conoce de irrupciones casi bárbaras en determinadas viviendas. Las victimas, por su parte, han sido personas de cualquier estrato social.