El matrimonio es una alianza por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole. Fue elevado, por Cristo Nuestro Señor, a la dignidad de sacramento entre bautizados (c.1055, CIC). Las propiedades esenciales del matrimonio como institución natural son: la unidad y la indisolubilidad. (c.1056, CIC) y su basamento en un amor creciente del uno hacia el otro. El matrimonio va íntimamente conectado con las primeras y más fundamentales funciones de la familia que son, el bienestar de los cónyuges, la procreación y la educación de los hijos. En la familia encuentra el hombre su natural sello de identidad y el medio natural para su inserción en sociedad. Mediante la familia, el hombre descubre su conexión con el pasado y con el futuro y se siente naturalmente integrado en la existencia humana.