Esperanto en Cuba por más de un siglo

Alboreaba el siglo XX y también la república cubana cuando el idioma esperanto inició su propalación en nuestro país. Coincidía con las ansias del Estado naciente de acoplarse a los nuevos tiempos y a la modernidad. Ello implicaba colocarse al ritmo del progreso mecanicista, la extensión de la electricidad y la locomoción a motor. También el teosofismo ganaba adeptos entre los ciudadanos cubanos, filosofía que, con fuentes eclécticas impregnadas de religiosidad, preconiza la igualdad entre los hombres.

Olga Portuondo Zúñiga, prólogo a El esperanto en Cuba (1904-1973)

 

No resulta fácil abarcar en unas pocas páginas la historia del esperanto en Cuba, cuando sabemos que su presencia en el país data de inicios del siglo xx y que, durante más de cien años, ha mantenido su presencia en la isla gracias al quehacer de miles de personas que, tras estudiarlo, se han sentido motivadas a contribuir a tal empeño y prolongar su permanencia en el movimiento cultural que constituye y nuclea la lengua creada por Zamenhof.

Aunque existen evidencias más o menos seguras acerca de la presencia en Cuba de esperantistas españoles alistados como voluntarios a partir de 1896, particularmente al norte de Camagüey,1 no hay elementos concretos de su quehacer en tal sentido que permitan fijar la entrada del esperanto en nuestro país en fecha tan temprana. Dos referencias bibliográficas con notas colaterales que obran en el Archivo de Historia (AH) de la Asociación Cubana de Esperanto (KEA, por las siglas de su denominación en esa lengua: Kuba Esperanto-Asocio) refieren que la revista La escritura veloz, órgano de los estenógrafos cubanos, es la primera en difundir informaciones al respecto entre nosotros. La primera de ellas, en marzo de 1903, se refiere al esperanto y el volapük como pruebas de «idioma internacional».2 La segunda reporta la publicación del artículo «El esperanto», en el que se hace notar la facilidad de este y las posibilidades que se podrían adquirir por medio de su estudio.3

Comoquiera que la última trata, específicamente, sobre la lengua creada por L. L. Zamenhof, y constituye el primer eslabón de su propaganda en el país, la tomo como uno de los elementos clave en la determinación del inicio de la presencia de ese idioma en Cuba. La Enciklopedio de Esperanto (Enciclopedia de Esperanto)4 también registra dicho año como punto de partida. El otro elemento fundamental es que, en el propio 1904, llega a Camagüey el sacerdote español Ricardo Vicente, «la primera persona que hizo alguna propaganda por el esperanto en Cuba».5

» Los iniciadores y propagandistas

Más allá del trabajo realizado por el padre Vicente, en Camagüey, los verdaderos iniciadores del quehacer propagandístico a favor del esperanto en Cuba fueron dos ilustres personalidades cubanas. La precisión la hace Antonio Alemán Ruiz, en Latinamerika Esperantisto, en marzo de 1916, en un artículo titulado «Los precursores», donde indica que «no pudo la causa esperantista tener mejores introductores. El Dr. Mariano Aramburo, en varios artículos en la revista El Fígaro —luego recogidos en un capítulo de su obra Literatura Crítica— y el Dr. Fernando Ortiz, en otros artículos que aparecieron en aquella revista que como edición dominical del diario El Mundo se publicó hace años, presentaron el esperanto a  Cuba».6

Ortiz, utilizando el seudónimo D-ro Novemo (lo que demuestra un verdadero conocimiento del idioma), en marzo de 1906, en la revista El Mundo Ilustrado, publica «El lenguaje universal», amplio y objetivo artículo en cuatro partes mediante el cual, analizando los «pro» y los «contras», presenta la Lengua Internacional al público.7 En la última entrega (donde afirma que «[…] el esperanto es una verdadera filosofía filológica ó filología filosófica»), propone la fundación de una Kuba Societo por la Propagando de Esperanto (Sociedad Cubana para la Propaganda del Esperanto) y una revista, que él bautiza como La Kuba Stelo (La Estrella Cubana). Vienen, después, varios propagandistas aislados. Entre ellos se destacan el Dr. Eduardo Francisco Rodríguez (Sagua la Grande), el Sr. Rafael G. Crespo Rangel (Báez, Santa Clara) y «[…] algunos propagandistas extranjeros, principalmente catalanes, de cuya labor no se tienen noticias precisas».8

Así se expresa Alemán Ruiz en «Los precursores» en 1916 y, solo en años recientes, se ha podido precisar que son los catalanes residentes en Santiago de Cuba, y sus descendientes, quienes marcan los pasos iniciales en la creación de grupos de seguidores del esperanto en el país. Tal es el caso de Catalanes Esperantistas de Cuba, creado el 22 de diciembre de 1907. Se radica en la sede inicial del Catalunya Grop Nacionalista Radical, en Sagarra y Padre Pico.9 A mi entender, resulta lógico que sean esos inmigrantes quienes pongan mayor hincapié en la labor de propaganda y enseñanza de esta lengua, si se tiene en cuenta que Barcelona (capital de Cataluña) sería la sede, en 1909, del V Congreso Universal de Esperanto.

Dada la eficiencia de la propaganda en general —y en particular en la prensa, firmada por eminentes intelectuales como los doctores Ortiz, Aramburo, Juan M. Dihigo, Julio Jover, etc.—el 18 de octubre de 1908, se funda en Santiago de Cuba la primera asociación esperantista en el país: Kuba Esperanta Societo (KES), que encabeza el Dr. Pedro Pablo Valiente.10 Dos meses después, el Dr. Ortiz publica el artículo «Sociedad esperantista», donde informa acerca del interesante hecho.11

Otro hito importante para la historia del esperanto en Cuba se debió también a KES. Se trata de la primigenia publicación esperantista en el país. Las Crónicas de Santiago de Cuba recogen que, el 9 de enero de 1909, «se publica el primer número de la revista Kuba Stelo, órgano oficial de la Sociedad Esperantista Cubana […]».12 Lamentablemente, solo se publicaron dos números (enero y febrero).13 No disponemos de ejemplares de ellos ni detalles de su contenido. Tal como KES, Kuba Stelo radicaba en Calvario A-10.14

Entre los resultados del trabajo de KES, que cesa en el segundo semestre de ese año, está el hecho de contribuir a activar la correspondencia entre los clubes y esperantistas aislados, quienes así encuentran una forma más de ampliar su quehacer en función de la lengua creada por Zamenhof. Varios de ellos, incluso, inician o intensifican el intercambio escrito más allá de nuestras fronteras. El caso más elocuente es el de Rafael Crespo Rangel, de cuya colección privada el AH posee decenas de tarjetas postales recibidas de todas partes del mundo, entre las que destaca una enviada por el propio Zamenhof, desde Varsovia, el 7 de diciembre de 1909.

» Un sueño inicial se hace realidad

La desaparición de KES, con sus proyecciones de carácter nacional, representó un duro revés para los esperantistas, pues el hecho ocurrió cuando los esperantis tas del continente americano se preparaban para la celebración, en 1910, del primer Congreso Universal en esta parte del orbe (específicamente en Washington), el cual, por la cercanía geográfica, constituiría un fuerte respaldo en toda el área en favor de la lengua de Zamenhof. Esto representó una fuerte causa para que el Club Esperantista de La Habana —dirigido por el entonces estudiante de Derecho Antonio Alemán Ruiz— fundara, el 1º de enero de 1910 la Sociedad Cubana para la Propagación del Esperanto (SCPE),15 denominación muy cercana a la propuesta por Ortiz en el mencionado artículo de 1906.

La naciente sociedad —cuya primera sede oficial se estableció en la Lonja del Comercio— propiciará y acometerá una incesante promoción del esperanto en el país, sustentado en siete pilares fundamentales:

  1. Una Junta Directiva compuesta por profesionales de reconocido prestigio. Esta, inicialmente además de Alemán Ruiz (presidente), la integraron Fernando Ortiz, Mariano Aramburo, Juan M. Dihigo y Julio Jover. En 1912 se sumarán los eminentes pedagogos Mateo I. Fiol y José M. Espín.
  2. Campaña de propaganda a través de la prensa escrita. Muestra de ello es que en 1911 frecuentemente ven la luz informaciones, comentarios y artículos sobre el esperanto en La Discusión, Diario de la Marina, El Comercio, El Correo, El Tiempo, La Lucha, Cuba, Bohemia, Cuba Ilustrada, La Prensa, Juventud y Rayos de Luz, en La Habana; El Estudiante (Santa Clara), Cromos y Postales (Sagua la Grande), Sports (Matanzas)…

3-4. Creación de clubes e impartición de cursos en el territorio nacional. Desde los primeros años, numerosos grupos comienzan a tener una vida activa; entre otros, los constituidos en Artemisa, Báez, Cabaiguán, Caibarién, Calimete, Camajuaní, Cárdenas y Cascorro.

  1. Permanente canje con publicaciones esperantistas extranjeras. De ellas, solo mencionamos las más conocidas en este universo (entre paréntesis, su traducción al español): Esperanto, La Revuo (La Revista), Internacia Medicino (Medicina Internacional), Espero Katolika (Esperanza Católica), Brazila Esperantisto (Esperantista Brasileño), La

Movado (El Movimiento), Germana Esperantisto (Esperantista Alemán), y Gazeto Hispana (Revista Española).

  1. Existencia de un órgano oficial de información. En los primeros meses, la SCPE publica un modesto boletín y, algo más tarde, en agosto de 1910, aparece el segundo magacín: Cuba Esperantista (hasta 1914). Las últimas 11 ediciones ven la luz en la capital («Imprenta Esperantista, Neptuno 55, Habana»). De 1916 a 1918, el órgano oficial de la SCPE es Latinamerika Esperantisto, el cual recoge dos hechos de particular relevancia relacionados con el creador del esperanto: la edición de febrero de 1917 reproduce —en colores—, en la página 9, un retrato de Zamenhof, al pastel, obra del pintor cubano Esteban Valderrama, donado por su autor a la SCPE; y el número correspondiente al cuarto mes de ese año incluye una información acerca del fallecimiento del oftalmólogo y filólogo polaco, acaecida el 14 de abril. El AH atesora todas las ediciones de ambas publicaciones.
  2. Intensa correspondencia nacional e internacional. Entre lo compilado se destaca una amplísima colección de tarjetas postales, con la cual, luego de una minuciosa selección, preparamos actualmente el libro Cuatro décadas de intercambio postal en esperanto.

 

Ese sistemático bregar —siempre encabezado por Alemán Ruiz— se extenderá de modo casi invariable, aunque con momentos de desequilibrio, hasta inicios de los años treinta. Cuando se analizan los resultados del período 1919-1947, caracterizado, en general, por no contar con publicación nacional alguna y, por tanto, carente de un dossier o memoria que registre y conserve el acontecer, resulta evidente que abarca dos etapas perfectamente delimitables: 1919-1930 y 1931-1947, la primera más dinámica y activa que la segunda, aunque, desde aquella comienza a perfilarse la decadencia.

La página 9 de la edición de Latinamerika Esperantisto, de febrero de 1917, la ocupa la reproducción (en colores) de un retrato de Zamenhof, al pastel, obra del pintor cubano Esteban Valderrama, donada por el autor a la SCPE.

La página 9 de la edición de Latinamerika Esperantisto, de febrero de 1917, la ocupa la reproducción (en colores) de un retrato de Zamenhof, al pastel, obra del pintor cubano Esteban Valderrama, donada por el autor a la SCPE.

No obstante, en el período mencionado hay una serie de elementos que —aunque con menos intensidad que antes y más espaciados en el tiempo— no deben ser vistos de forma aislada, sino como el resultado de una actividad en la que se intensifica, por ejemplo, la campaña de propaganda, para la cual se crea una Oficina de Información,16 pero también hay evidencias del accionar en diferentes campos y, sobre todo, varios hechos que constituyen verdaderos hitos en la historia del esperanto en Cuba. Entre ellos mencionaremos los siguientes:

  • En el verano de 1921, Joaquín M. de Villa y su esposa (María Fernández de Villa) se convierten en los primeros esperantistas cubanos que asisten a un Congreso Universal de Esperanto (el 13.º, celebrado en Praga).17
  • El 15 de abril de 1923 tuvo lugar la primera propaganda radial que sobre el esperanto se hizo en Cuba, mediante la estación 2DW (sita en Obrapía 93, La Habana), y consistió en una disertación a cargo de Alemán Ruiz bajo el título «Necesidad de un idioma internacional para las comunicaciones radiotelefónicas». Este hecho es particularmente significativo si se tiene en cuenta que la radio se inicia en Cuba el 10 de octubre de 1922 y, mucho más, cuando se conoce que, antes de dicha transmisión, sobre esperanto solo se habían realizado tres en el mundo: 19 de junio de 1922 (Newark, Estados Unidos), 8 de diciembre de 1922 (Londres, Inglaterra) y 12 de abril de 1923 (Moscú, Unión Soviética).18
  • También en 1923 la SCPE distribuye la versión en español del folleto titulado El esperanto como lengua auxiliar internacional, editado ese año en Madrid por la Federación Zamenhof, con el informe aprobado por la Sociedad de Naciones, el 14 de septiembre de 1922, como consta en su página titular.
  • Entre 1926 y 1927 el esperanto formó parte de los programas de estudio de la Universidad Popular José Martí. La información la ofrece el periodista Enrique de la Osa, entonces alumno de estos cursos, junto con otros jóvenes amigos y compañeros, como José Antonio Foncueva, Manuel Cotoño, Jorge Vivó, Francisco Masiques, Rogelio Teurbe Tolón e Israel Soto Barroso.19
  • El 14 de mayo de 1928 el inmigrante polaco Elías Johns presenta en la Universidad de La Habana un estudio lingüístico titulado «El problema de una lengua auxiliar internacional y su solución: el esperanto», tesis para optar por el grado de Doctor en Filosofía y Letras. El centro de altos estudios edita y publica el texto ese mismo año.20
  • En ocasión del primero de mayo de 1930, 16 organizaciones obreras cubanas dirigen un mensaje en esperanto «a los obreros libres de Irkutsk», con la idea de que esté en sus manos el Día Internacional de los Trabajadores. El documento, enviado por medios privados, arriba con posterioridad a la fecha prevista y es publicado por el periódico Potencia de Trabajo, de esa ciudad siberiana, el jueves 12 de junio.21 Según Alemán Ruiz, quien traduce dicho mensaje es el reconocido esperantista camagüeyano Jorge Juárez Cano22 —padre de Juárez Sedeño— y, en una de las informaciones consultadas al respecto,23 se dice que todas esas organizaciones habían sido ilegalizadas por el régimen dictatorial encabezado por Gerardo Machado, por lo que es fácil deducir que lo escribieron en la Lengua Internacional para que, de ser interceptado por las autoridades, existieran menos posibilidades de comprender el texto.
  • Un caso especial lo constituye el hecho de que, de acuerdo con Juárez Sedeño, «en las décadas del 20 y el 30, el esperanto fue incluido entre los doce idiomas que se utilizaron en un anuncio, cuyo texto en español es: Los legítimos tabacos de La Habana llevan en su envase este sello de garantía del Gobierno de Cuba».24 La propia fuente informa que tales traducciones se publican en la contraportada exterior de la revista Cuba Económica y Financiera —previamente llamada Cuba Importadora e Industrial—; y cita, como caso concreto, el número 149, volumen XIII, de agosto de 1938. El AH alberga otra muestra de ello: la revista Habano correspondiente a octubre de 1936, en la que se incluyen, exactamente, los mismos datos, pero solo en siete idiomas: español, inglés, francés, alemán, chino, japonés y esperanto.

» Del florecimiento a la decadencia

No obstante lo anterior, por la documentación consultada es fácil comprender que desde comienzos de los años treinta la decadencia del esperanto en Cuba se hizo mucho más evidente, principalmente a partir del «silencio» de sus máximas figuras, quienes no dispusieron de una publicación propia y no siempre aprovecharon las posibilidades que ofrecían los medios de comunicación a su alcance para difundir el esperanto. Además de los casos ya mencionados, solo consta la aparición de notas, comentarios y artículos en Información, El País, Cúspide y Diario de Cuba (Santiago de Cuba). Pero también puede suponerse que los propietarios de los medios de prensa de entonces se sintieran limitados o presionados por fuertes determinaciones contra el esperanto, adoptadas en Europa —y, de cierta forma, en Estados Unidos— que influyeron en la realidad cubana. Al respecto, he aquí dos muestras del ambiente hostil reinante en el Viejo Continente:25 1933– Los nazis prohíben el esperanto en Alemania. Lo mismo hace Stalin en la Unión Soviética. En ambos países se persigue a los esperantistas y se les envía a campos de concentración. 1936– Estalla la Guerra Civil y la actividad esperantista casi desaparece en España […] Después de la guerra, los esperantistas son perseguidos por el régimen instaurado por Franco.

Quizás como efecto de las «fuertes determinaciones contra el esperanto», el «ambiente hostil reinante» y la persecución emprendida contra esperantistas en Europa, la mencionada «decadencia en el trabajo esperantista en Cuba» llega a la evidente inactividad y, como consecuencia, a la desactivación de la SCPE entre los años mencionados.

Ya de 1940 data la primera versión en esperanto de una pieza literaria de Nicolás Guillén: «No sé por qué piensas tú» (poema incluido en Cantos para soldados y sones para turistas), cuyo traductor es el coronel del Ejército Republicano Julio Mangada Rosenorn, destacado esperantista español nacido en Sancti Spíritus en 1877 y exiliado entonces en Cuba.26

» Resurgimiento

Entre 1941 y 1942 vuelve a intensificarse la publicación de textos acerca de la Lengua Internacional en diversos órganos de prensa, como Ideales y Renovación, Cuba Intelectual, Diario de la Marina, Bohemia, Información y El País, promovidos por la entonces denominada «sociedad nacional de propaganda», la que se encargó de encauzar el trabajo hacia la revitalización total, lo cual se concretó el 11 de junio de 1948 con la fundación de la Asociación Esperantista de Cuba, mal traducida entonces como Kuba Esperanto-Asocio, pues el segundo vocablo de aquella tiene idéntica formulación en la lengua creada por Zamenhof. A partir de ese momento se le identifica con esos nombres o las siglas correspondientes a ambos (KEA), como lo establece el Artículo 1 de su Reglamento.

Ese hecho marcó el inicio de un segundo período de florecimiento del esperanto en Cuba, también encabezado por Alemán Ruiz, en el que se acometió un amplio plan de tareas de atención sistemática que pronto comenzó a rendir sus primeros frutos. Una de las primeras decisiones fue establecer medios de propaganda propios; el más sistemático fue Circular,27 al que se sumaron Boletín (en los años cincuenta) y varios folletos.

Logros significativos se sucedieron paulatinamente. He aquí algunos de ellos:

  • Durante el segundo semestre de 1948 Alemán Ruiz impartió el primer curso de esperanto por radio en Cuba mediante la estación CMZ, del Ministerio de Educación, emisora que el 15 de diciembre —fecha del natalicio de Zamenhof— transmitió un programa en su honor.28
  • A principios de 1949 se publicó un Curso por correspondencia, que llegó a todo el país y, para apoyarlo, se establecieron convenios con diferentes bibliotecas, en las que se habilitaron secciones de libros, revistas y otros materiales de estudio del esperanto, donados por KEA. Entre ellas estuvieron la Sociedad Económica de Amigos del País, el Lyceum y Lawn Tennis Club, las universidades de La Habana y Santa Clara, y la Casa Continental de la Cultura
  • Desde principios de 1951 se inician contactos oficiales con la naciente Comisión Cubana de la UNESCO; en mayo, KEA es aceptada como miembro de la Corporación Nacional del Turismo; del 4 al 11 de agosto, el representante diplomático cubano en Noruega Eduardo Morilla asiste oficialmente al 36.º Congreso Universal de Esperanto, celebrado en Munich.
  • En septiembre de 1953 se abre un curso de esperanto en la Universidad Popular Juan Clemente Zamora, de la mencionada Casa Continental de la Cultura, a partir del cual se generan las primeras imágenes televisivas con lecciones en esperanto, transmitidas en el Noticiero del Canal 4 el 7 de noviembre; y en diciembre, alrededor del día 15, cumpleaños de Zamenhof, el Grupo Esperantista de Sagua la Grande desarrolla un festival en el teatro Alcázar, al que asisten unas 700 personas. Entre los momentos más significativos de la función se encuentran las poesías declamadas en esperanto por el niño José Tiomno Armiñana, primera experiencia pública en Cuba de esa manifestación artística en la Lengua Internacional.29
  • A inicios de 1954 KEA asume la divulgación nacional de un concurso convocado por Karlskoga Esperanto-Asocio (Asociación de Esperanto de Karlskoga, Suecia), con vista a la exposición mundial de dibujos infantiles «Nuestro país y su pueblo», proyectada para inicios de septiembre. De la amplia participación de infantes de la isla, una veintena recibe premios. El 6 de junio de ese año, en el Conservatorio de Música de Oriente, de Santiago de Cuba, la soprano cubana Carmela de León aprovechó su concierto para cantar en esperanto por primera vez en el país y lo hizo con Quiéreme mucho, de Gonzalo Roig, traducida por Roberto Guerra Ibarra, lo que se convirtió en un éxito para la cantante y para la propaganda de este idioma. En el programa impreso se incluyeron unas notas sobre la Lengua Internacional y la traducción de la conocida pieza musical.

Traducción hecha por Roberto Guerra Ibarra de la canción Quiéreme mucho, interpretada por Carmela de León el 6 de junio de 1954, en el Conservatorio de Música de Oriente, en Santiago de Cuba.

» Factores adversos conspiran

Ya para inicios de 1955 el dinamismo del movimiento esperantista cubano se ve marcadamente lastrado por diferentes factores, situación que se acentúa a partir de cierto grado de desidia por parte de algunos directivos de KEA, a lo que se suman algunas «guerras intestinas» en las que no falta el arribismo. El punto culminante de este proceso lo marca un documento fechado en La Habana el 20 de octubre de ese año, mediante el cual el Consejo de Gobierno de KEA muestra que se ha dejado arrastrar por ideas nacidas como consecuencia del maccartismo, imperante entonces en Estados Unidos, cuya asociación nacional llega a considerar que UEA está «controlada por comunistas» y se separa de ella, actitud que también asume su homóloga cubana y, con ello, se debilita el quehacer esperantista en la isla hasta casi su total aniquilamiento en los años subsiguientes, dada la inestabilidad social generada por el incesante batallar contra las ideas revolucionarias que se agigantan en el país hacia finales de los años cincuenta, virtual inoperancia que, salvo raras excepciones, se mantiene hasta fines de 1958.

A partir de 1959 los veteranos esperantistas habaneros retoman parte de su quehacer, principalmente en el campo de la información en algunos periódicos de tirada nacional. Raúl Juárez Sedeño, desde Camagüey, en total divorcio con aquellos, inicia lo que él denomina «campaña de propaganda en favor del Esperanto», la cual no rebasa la publicación de algunos textos en medios de divulgación local y la frecuente correspondencia con periodistas y funcionarios de organismos centrales, la traducción en 1961 de la Primera Declaración de La Habana30 y la impartición de un curso de esa lengua, a partir de septiembre de 1962, a algunas personas que, a la postre, constituyen el embrión de lo que luego será el grupo esperantista local.

» Por un nuevo camino

Entre abril y mayo de 1963 en la ciudad agramontina apareció una invitación pública (en esperanto y español) para la «Primera Exposición de Esperanto en Cuba Socialista», a celebrarse del 14 al 21 de julio en el Consejo Provincial del Sindicato de Trabajadores del Comercio. A partir de esa exposición logró abrirse un curso con 60 matriculados, ocasión propicia para fundar oficialmente el Grupo Esperantista de Camagüey, encabezado por Juárez Sedeño.31 Este colectivo mantuvo un trabajo sistemático en los siguientes dos años y, de cierta forma, propició la creación el 12 de noviembre de 1964 del segundo club en la entonces provincia de Camagüey: el Círculo Avileño de Esperanto, que encabezó Lamas Díaz, quien —a partir de la autodestrucción del colectivo camagüeyano, generada principalmente por razones de protagonismo— se convertirá en el motor impulsor del quehacer esperantista cubano, de Oriente a Occidente, hasta estimular la fundación de Havana Esperanto Grupo (HEG, Grupo de Esperanto de La Habana), a mediados de 1971.32

Ese grupo en octubre de 1972 cambió su nombre por Havana Esperanto-Rondo (HER, Círculo de Esperanto de La Habana). Entre sus tareas inmediatas estuvo la impartición de conferencias en instituciones, escuelas y centros de trabajo acerca del esperanto, ofrecer cursos de la Lengua Internacional, preparar informaciones y artículos para la prensa escrita y la radial, montar exposiciones en sitios de gran afluencia de público. Entre los numerosos logros de HER en sus años iniciales se destacan dos, ambos en octubre de 1973: la publicación de su órgano oficial, Havana Letero, escrito íntegramente en esperanto, hecho que acontece por primera vez en el país, y la creación del Grupo Juan Borrel en Güines.

Con el decidido apoyo de los grupos de Ciego de Ávila y Güines, HER trabajó intensamente por crear una institución de carácter nacional, lo que se logró el 17 de agosto de 1974 en la biblioteca Rubén Martínez Villena, de La Habana, con la fundación de la Asociación Cubana de Esperanto (Kuba Esperanto-Asocio), presidida por Oscar Otero Fernández, quien, a solicitud propia, en 1976, fue sustituido por Andrés Rodríguez González, hasta entonces vicepresidente.

» Germina una vieja idea

La nueva KEA, desde los primeros momentos, además de su intenso quehacer interno por estructurarse en todo el país, desarrollar una amplia campaña de información y propaganda a través de los medios de comunicación e impartir el esperanto en gran parte del territorio nacional, realizó ingentes esfuerzos y gestiones por lograr su oficialización, pero halló una barrera infranqueable en el hecho de que, en esa época, está en preparación una nueva ley de asociaciones —sin la cual no es posible acceder a tal empeño—, la que, finalmente, se promulga en 1976, pero es necesario esperar algún tempo más para su implementación y, a partir de la óptica legislativa recién aprobada, iniciar todo el expediente burocrático necesario para concretar el proyecto.

Entretanto, la extraoficialmente creada KEA continúa su inquietante quehacer, también en el plano de las relaciones internacionales, y esto genera dos hechos verdaderamente significativos:

  • El 13 de octubre de 1977 en la sede del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, miembros de HER sostienen un encuentro con Nguyen Van Kinh, presidente de la Asociación Esperantista Vietnamita en Defensa de la Paz,33 hecho que marca un hito en el ulterior desarrollo de nuestro movimiento esperantista.
  • El 2 de agosto de 1978, durante la realización del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, se realiza una reunión oficial entre esperantistas de varios países europeos y una veintena de cubanos.34

Agotadas todas las gestiones pertinentes para la oficialización de KEA, el 26 de octubre en La Habana se constituyó el Comité Gestor (CG) de lo que sería la nueva Asociación Cubana de Esperanto (ACE o KEA, por sus siglas en esa lengua), siguiendo lo establecido por la Ley de Asociaciones promulgada en 1976. Este órgano —integrado por 12 personas y presidido por Andrés Rodríguez González—, conocedor de todas las gestiones baldías realizadas con anterioridad, decide seguir otros derroteros y, ante todo, escalar los más altos peldaños de la dirección del país. Esa estrategia los lleva, de inmediato, a iniciar contactos con representantes de dos departamentos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba: el de Ciencia, Cultura y Centros Docentes y el de Relaciones Internacionales, los que, a su vez, acometen una serie de consultas y, finalmente, en marzo de 1979, deciden aprobar la idea, con la indicación de que la ACE estaría adscripta a la Academia de Ciencias de Cuba (ACC). A partir de ahí, el CG realiza varias reuniones de trabajo con esta institución, «[…] mediante las cuales se definió que nuestra Asociación será de carácter científico a nivel nacional y que será atendida por la Vicepresidencia de Ciencias Sociales».35

En cuanto a la decisión de los citados departamentos, creemos oportuno acotar que, según nos comunicó Armando Hart en 2003 en Santo Domingo, entre los funcionarios a quienes se pidió criterios al respecto y apoyaron la idea se encontraban Gaspar Jorge García Galló, Carlos Rafael Rodríguez y él. Por supuesto, con el voto a favor de esas tres personalidades de la cultura cubana y de la dirección del país, la iniciativa propuesta tenía que ser aprobada. En ese favorable ambiente se procedió a la fundación oficial de KEA el 16 de junio de 1979 en el salón Antonio Maceo, de la ACC, con la presencia de 82 esperantistas, tres funcionarios de la ACC y Pedro P. Lamas, enlace directo entre la hornada de esperantistas de la década anterior y la actual, y principal asesor de HER y el CG, en cuanto a documentación histórica. La Junta Directiva la integraron Andrés Rodríguez (presidente), René Valdés (vicepresidente), Bárbara Oña (Cultura), Rufino López (Organización), Julio Martínez (Educación) y Serafín Marrero (Relaciones Públicas e Internacionales). »

 

»40 años de marcha ascendente

Por más que pretenda resumir en síntesis el amplísimo universo de tareas, actividades y logros que la actual KEA ha abarcado en estos últimos 40 años de incesante quehacer en Cuba y en el extranjero, que incluye la organización y realización de múltiples eventos internacionales en el país, ni siquiera lograría esbozar sus principales realizaciones. Por eso solo considero enfatizar que el esperanto, como lengua y como vía de comunicación entre los hombres de disímiles culturas, está muy vivo en Cuba y también se manifiesta a través de las creaciones artísticas.

Notas:

1. Jorge Luis González Santillán: Historia del movimiento esperantista en Camagüey, Asociación Cubana de Esperanto, Camagüey, 1997, p. 6.
2. La escritura veloz, vol. I, no. 1, marzo de 1903, apud Alberto Fernández-Calienes Barrios, Kronologio de la E-movado en Kubo [1904-1957], La Habana, 1983, inédito, p. [1]
3. La escritura veloz, vol. II, no. 4, abril de 1904, p. 41, apud Fernández-Calienes: Kronologio…, p. [1]
4. Ivan G. Ŝirjaev: «Kubo», en Lajos Kökény y Vilmos Bleier, Enciklopedio de Esperanto, vol. I, Hungara Esperanto-Asocio, Budapest, 1986, p. 307.
5. Datos tomados de una carta escrita por Ricardo Vicente, el 27 de mayo de 1912, dirigida a Alemán Ruiz, según informe enviado al autor por Raúl Juárez Sedeño, quien alega haberlos tomado de una «[…] copia en carbón mecanografiada […] por su destinatario, el 3 de septiembre de 1956, y enviada a Jorge Juárez Sedeño, en su carácter de historiador de la ciudad de Camagüey».
6. [Antonio Alemán Ruiz]: «Los precursores», en Latinamerika Esperantisto, año I, no. 1, marzo de 1916, La Habana, pp. 6-7. Lógicamente, la labor del padre Ricardo Vicente se inicia con anterioridad; pero en su territorio como después hacen otros. La verdadera propaganda nacional la emprenden los dos renombrados intelectuales a que se hace referencia.
7. El artículo ve la luz los días 4 (pp. 113-114), 11 (p. 122), 18 (p. 134) y 25 (p. 147).
8. [Antonio Alemán Ruiz]: «Los precursores», p. 7.
9. Tomado de Cartera I, no. 10 (fotocopia), del Catalunya Grop Nacionalista Radical, de Santiago de Cuba, correspondiente a 1907.
10. [Antonio Alemán Ruiz]: «Apuntes históricos», en Latinamerika Esperantisto, año II, no. 3, marzo de 1917, La Habana. p. 4.
11. Fernando Ortiz: «Sociedad esperantista», en Diario Español, La Habana, 16 de diciembre de 1908, p. 2.
12. Carlos E. Forment: Crónicas de Santiago de Cuba; Continuación de la obra de Emilio Bacardí (Era republicana, t. 1), Editorial Arroyo, Santiago de Cuba, 1953, p. 299.
13. [Antonio Alemán Ruiz]: «Apuntes…», p. 4.
14. [Universala Esperanto-Asocio]: Tutmonda Jarlibro Esperantista 1909, Esperantista Centra Oficejo, París, 1909, p. 190.
15. [Antonio Alemán Ruiz]: «En el tercer año», en Cuba Esperantista, año III, no. 1, enero de 1912, La Habana, p. 1
16. Hispana Esperantisto, año v, no. 47, Madrid, marzo de 1921, p. 45 [s.m.d.]
17. Alberto Fernández-Calienes Barrios: Notoj pri historio de la Esperanto movado en Kubo (1904-1983), La Habana, 1983, inédito, p. 2.
18. Oscar Luis López: La radio en Cuba; estudio de su desarrollo en la sociedad neocolonial, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1981.
19. Según hoja mecanografiada, enviada por Juárez Sedeño al autor, Enrique de la Osa ofrece tal información en la página 291 del libro Escritos de José Antonio Foncueva, compilación, introducción, notas y bibliografía de Ricardo Luis Hernández Otero, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1985
20. El AH posee dos ejemplares de este texto, uno de ellos gracias al noble gesto de la Dra. Rosa Antich, quien, el 23 de abril de 1993, lo dona, personalmente, a KEA, en el pabellón de esta en Expocuba, durante la celebración allí de Expolingua’93.
21. Datos tomados de tres informaciones publicadas en periódicos cubanos:
• Víctor Varona M[ontalván]: «La solidaridad cubana-soviética no data desde ahora», en Adelante, Camagüey, 18 de marzo de 1965, [s. p.]
• [S. a.]: «Mensaje solidario, en esperanto, de trabajadores cubanos a los de la URSS el 1ro. de mayo de 1930», en Juventud Rebelde, La Habana, 1973 [s. m. d.]
• Héctor Paz Alomar: «Una carta y su profunda significación histórica», en Invasor, Ciego de Ávila, sábado 2 de mayo de 1981, p. 2.
22. Carta de Alemán Ruiz a Varona Montalván (esperantista camagüeyano), fechada en La Habana el 8 de agosto de 1964.
23. Varona Montalván: Op. cit.
24. Hoja mecanografiada con el título «Propaganda de habanos», enviada por Juárez al autor.
25. Tomadas de http://elmaky.com/literario/esperanto-su-historia.html. [consulta: 14-4-2014]
26. González Santillán: Op. cit., pp. 7-9.
27. Gracias a la colaboración de Pedro P. Lamas Díaz (1929-2014), el AH posee 38 números de dicha Circular.
28. [Antonio Alemán Ruiz]: «El 15 de diciembre», en [Circular], no. 2, diciembre de 1948, La Habana, p. [1]
29. [Antonio Alemán Ruiz]: «Club Esperantista “Dr. Panchito Rodríguez”», en [Circular], no. I, enero de 1954, p. 2.
30. González Santillán: Op. cit., p. 9.
31. Ibid., pp. 10-11.
32. Según declaraciones de René Valdés López, fundador del Grupo, recogidas en ficha de contenido por Fernández-Calienes, en el proceso de investigación para escribir Notoj pri…
33. A. Rodríguez y S. Marrero: «Informe final del Comité Gestor», La Habana, 16 de junio de 1979, p. 3.
34. [Comité Gestor de KEA]: «En busca de una lengua internacional. Hechos fundamentales acerca del Esperanto», La Habana, noviembre de 1978, p. 13, inédito.
35. A. Rodríguez y S. Marrero: Op. cit., p. 2.