Estoy disponible para servir a mi Patria

Carmelo Mesa-Lago es un hombre admirable. Este cubano residente en la ciudad norteamericana de Pittsburg -con casi 75 años a sus espaldas y 50 como profesor universitario- nos ha legado una obra monumental sobre economía cubana y latinoamericana. Sus análisis se leen con detenimiento a ambos lados del Estrecho de la Florida, y su trabajo es respetado y valorado por todos los que se interesan en los temas cubanos. Pero quizás lo que más cautiva en él, por encima de su genio creador, es su encantadora humildad.