Iglesia e Internet: El areópago de la era digital 

El pasado 6 de mayo la Oficina de Prensa de la Santa Sede hacía público que la hermana Judith Zobelein, directora de la Oficina de Internet del Vaticano y encargada del sitio web oficial de la Santa Sede, se prestaba al lanzamiento de un nuevo portal digital católico en el que todos los fieles podrán congregarse virtualmente. Así mismo, en días pasados y a raíz del estreno de la versión fílmica de El Código Da Vinci, el Opus Dei anunciaba el rediseño y nuevo lanzamiento de su página web. Por su parte, los jesuitas irlandeses daban a conocer que su sitio web, sobre espiritualidad y oración diaria on-line, ahora podía leerse también en español. Pero es en América Latina donde quizás se encuentre mejor coordinado el trabajo de la Iglesia en Internet: iniciativas como las de la RIIAL (Red Informática de la Iglesia en América Latina) constituyen estrategias globales que permiten potenciar la presencia de la Iglesia en la red con una mayor coherencia y amplitud de miras.

Las personas que siguen con minuciosidad la actualidad noticiosa eclesial a nivel internacional ya están acostumbradas a que lleguen a sus manos, casi a diario, infinidad de reportes cablegráficos que hacen referencia al nacimiento (puesta on line) de sitios web asociados a la Iglesia Católica. En estos últimos años la Iglesia ha logrado articular una tupidísima red de sitios web en el World Wide Web: no queda congregación religiosa o movimiento eclesial que no cuente ya con un espacio en la red de redes. La conquista eclesial del ciberespacio comenzó en el año 1995, justamente cuando la misma hermana Zobelein le pidió autorización al Papa Juan Pablo II para poner en marcha la construcción del sitio oficial de la Santa Sede y difundir el mensaje de Navidad del Papa en ese año. El Papa Wojtyla, sagaz oteador de los signos de los tiempos, dio su aprobación.