La Biblia según Borges

Es por mérito de Jorge Luis Borges que conocí, antes de visitarla, a Buenos Aires, su ciudad natal, en la que brotó su vena poética cuando en 1923 publicó Fervor de Buenos Aires. La parábola literaria borgeana se elevará después también en el cielo de otras naciones y se apagará en Europa, en Ginebra, con la última obra, Los conjurados, donde en filigrana aparecía la Confederación helvética, su último puerto, donde morirá en 1986. La Buenos Aires de Borges conserva aún un carácter mágico que no es sustituido por la realidad histórica presente. Es lo que expresa la poesía “Las calles”, que aparece como íncipit de aquella colección poética