He aquí como lo dice quien, como se afirma en el versículo anterior (el 23), posee “las primicias del Espíritu”. La esperanza va unida a la demanda de salvación y concentra tanto la totalidad del tiempo propio como el de los que nos precedieron o sucederán; si el lugar otro existe, y si su duración va a ser eterna, entonces seremos parte de la comunidad futura allí. Pueblo de todos los tiempos, luego del último de los juicios, podemos coincidir en ese pueblo de nuevo tipo para el cual los seres, como gustaba de repetir a Lezama, renacerán bajo la forma perfecta.