En tiempos de pluralismo, como son los nuestros, se abre un nuevo horizonte de reflexión para el debate cultural. La nueva conciencia planetaria, cada día más transcultural, y la desafiante multiplicación de variadas manifestaciones religiosas por casi todas partes traen un reto inédito para las distintas sociedades, que se encuentran permanentemente convocadas por la diversidad irreducible de estos fenómenos que revisan muchas de sus posiciones tradicionales.