La Fe es la Esperanza

Breves comentarios en torno a Spe Salvi, última Carta Encíclica del papa Benedicto XVI.

De la desesperanza a la Esperanza
Varias agencias internacionales de noticias dieron a conocer el suceso apenas unas horas después de publicada la Carta Pastoral Spe Salvi, del papa Benedicto XVI. Aunque el tono en general fue respetuoso, muy limitado a lo informativo, quien suscribe estas líneas leyó, en no pocos sitios de la Internet y de la prensa plana, coletillas tales como que el Santo Padre pretendía, con la citada Carta Encíclica, actualizarnos el Cielo y el Infierno, reciclar un medioevo contrario a la modernidad, o que nada nuevo aportaba quien fuera –y sigue siendo- uno de los teólogos cristianos más importantes de los últimos 30 años.

Motivado por la curiosidad, y porque todo lo que escriba el cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI, es doblemente suculento por su muy peculiar estilo y por la altura de su pensamiento, solicité de unos amigos, y lo más pronto posible, el documento en cuestión. No por sabida la argucia resulta menos chocante: siempre una cosa dice el autor o el hecho, y otra, casi contraria, dicen los medios masivos de comunicación. No es ético que para vender un periódico o una revista se nos pongan en los titulares semejantes cintillos, pues nada más alejado del papa Benedicto que un demiurgo –una especie de inventor del mundo-, un mítico Torquemada –el famoso inquisidor- de nuestros tiempos, un repetidor de ideas desde sus tiempos de profesor en Tubinga, Munich y Ratinbona.