La inmensa tarea de la creación

Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) continúa estando entre las personalidades más inquietantes y polémicas de la Iglesia universal del pasado siglo; aún después de que su santidad Juan Pablo II lo canonizara en octubre del 2002. Quien ofreció el sacrificio de una vida heroica y fundó, en el Madrid de 1928, la hoy Prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei, legó también una abundante obra escrita. Sus libros nacieron de la experiencia interior y la gestión sacerdotal. Divulgados en los más diversos idiomas, evidencian lo que el Papa Pablo VI consideró “un tesoro que ya no pertenece solo al Opus Dei”, según dijo en una audiencia a Álvaro del Portillo, cercano colaborador y sustituto de Escrivá al frente de la Obra. Lo anterior fue dado a conocer en L’Osservatore Romano (No.41, 2002, pag. 8) por Monseñor Flavio Capucci, Postulador General del proceso de canonización, a quien Don Álvaro se lo narró en 1978, dos años después de aquel encuentro con el Obispo de Roma. Fue, tal vez, el primer reconocimiento a la riqueza y actualidad de una antigua doctrina y su mensaje.