Las huellas de Torcuato

En el Obispado de Cienfuegos le saludé varias veces, eran encuentros esporádicos. Con los relatos que había escuchado sobre su vida me construí la idea de un hombre singular, algo fuera de moda, como su nombre. Hace unos días tuve finalmente la oportunidad de entrevistarle. Entonces me di cuenta que la sencilla y desafiante vida de este anciano debía ser conocida por otros, porque por su fe y entrega a Dios descubrió, de una vez para siempre, la felicidad que todo hombre y mujer buscan en esta vida.