En una democracia los gobernantes prometen, ante todo, libertad -“libertad de maniobra”, no “libertad creativa”, aun a costa de la eficacia. En las dictaduras se promete eficacia, aunque sea con merma –si es necesario- de las libertades –libertades, asimismo, de maniobra-.
Los medios de que dispone el demagogo para someter al pueblo, mientras le convence de que es más libre que nunca, son el lenguaje y la imagen; esta última resulta sumamente elocuente y debe considerarse como una forma singular de lenguaje.