¿Limbo? La cuestión del Limbo, ese lugar que nunca se llegó a definir con precisión, al que iban a parar los niños que morían sin haber sido bautizados, que como inocentes no eran aspirantes al infierno, pero que tampoco podían ir al cielo, en cuanto marcados por el pecado original, que sólo se quita con las aguas bautismales, está siendo estudiada por la Comisión Teológica Internacional reunida en el Vaticano al efecto. Las conclusiones del tema, encomendado a la Comisión por el Papa Juan Pablo II serán trasmitidas en breve el Papa Benedicto XVI, pues los documentos de esta Comisión no forman parte del Magisterio de la Iglesia, sino que buscan ayudar a la Santa Sede, en especial a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a examinar cuestiones doctrinales.