Hay muchos textos que sirven de punto de referencia para entender la nueva actitud del papa Francisco y su programa pastoral también en relación con los fines del Estado. Como Mozart en la música, él es creativo y renueva de modo diverso los temas de fondo que tiene en la mente y el corazón. No se los hace escribir ni dictar por otro. Quiere que sean suyos y respondan a su importante experiencia de pastor. De todas sus alocuciones me gustaría analizar una en particular, tal vez la más espontánea y significativa, que exteriorizó en su encuentro con los jóvenes argentinos en la Catedral de San Sebastián, de Río de Janeiro. Allí comenzó diciendo así: «¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío.