Cuando José Raúl Capablanca ganó el titulo del orbe, tras derrotar al teutón Enmanuel Lasker en el match de La Habana-1921, se convirtió en un paradigma para el ajedrez cubano. Pero, a la vez, devino cima inaccesible: en el quinquenio 1918-1922, venció en todos los torneos y matches disputados, sin perder una partida.
Para que se tenga una idea, el doctor Arpad Elo, autor del sistema que cuantifica la fuerza de juego de un ajedrecista, el cual es de uso común en la actualidad, le calculó al genial cubano en dicho quinquenio un coeficiente de 2725 puntos, aunque algunos estadísticos aseguran que tras su victoria en el torneo de Londres 1922, Capablanca alcanzó un rating de 2742.