EL SUCESO
Cuando en 1986 se realizó el ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano), sus participantes no vislumbraban toda la magnitud de uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia Católica dentro de la historia de Cuba. La repercusión misma del Encuentro y las perspectivas que abrieron el Documento Final y la Instrucción Pastoral de los obispos hacia un futuro inmediato cuyos frutos hoy percibimos, nos producen verdadera admiración. Ante tan clara manifestación de la Divina Misericordia, se impone darle gracias al Señor y a la Virgen del Cobre por los dones recibidos, además de estudiar e implementar sus beneficios.