Siguiendo la Doctrina Social de la Iglesia, el estadounidense Thomas Monaghan, de 63 años, pretende invertir más de 250 millones de dólares para convertir un solar yermo de Florida en la “primera ciudad católica del mundo”. La ciudad Ave María. En ella pretende levantar 11.000 viviendas, una biblioteca, un laboratorio informático para la investigación, instalaciones para las disciplinas deportivas más solicitadas por los jóvenes y una monumental iglesia, entre otras obras. En sus calles se promocionará la cultura y el respeto a la vida, se cuidará el medio ambiente, no se venderá pornografía ni anticonceptivos, se promoverá la justicia y la libertad. Dicha cifra millonaria se suma a los 220 millones que invirtió en la primera universidad católica que se construye en EE UU desde los años 60. Monaghan se educó en un orfanato católico y siendo adulto fundó Dominos Pizza, un negocio que hoy genera dos mil millones de dólares anuales y tiene 80.000 establecimientos por todo el mundo. Su vida se convirtió en un torrente de éxito hasta que un día cayó en sus manos un libro, Mero cristianismo, de C. S. Lewis. “Me di cuenta de que si el mayor de los pecados es el orgullo, yo era el más pecador del mundo”, pensó, y decidió cambiar de vida. Desde entonces ha fundado el centro legal Tomas Moro, el diario Credo, una radio, el fondo de inversión Ave María Catholic Values, la fundación Legatus -un grupo de empresarios adinerados dispuestos a seguir su senda de inversiones éticas. Todo con el mismo objetivo: acercar a Cristo al mundo.