Después de un largo proceso legal, la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva quedó constituida en la capital cubana el 15 de agosto de 1946. En aquel proceso de gestación habían tomado parte, con apasionamiento, los que apoyaban el derecho a la existencia de centros docentes privados y, en la trinchera opuesta, los que consideraban que la enseñanza debía ser oficial y responder a las orientaciones del Ministerio de Educación. Amparados en el Artículo 54 de la Constitución de la República de 1940, los primeros, entre quienes se encontraban los destacados intelectuales Jorge Mañach, Emeterio Santovenia, Manuel Dorta Duque y Gastón Baquero, lograron finalmente que se hiciera realidad la iniciativa de los Frailes de la Orden de San Agustín, establecidos en Cuba, de crear una universidad católica.