En el año 1980 me correspondió recoger en el aeropuerto de Madrid al padre Rodolfo Sánchez. No le conocía, pero enseguida me di cuenta de quién era, pues venía conversando, y de lejos se notaba su don de gentes, simpatía, y ancha sonrisa. Así que me dije “ese es”. No me equivoqué. Rodolfo Sánchez nació en Cueto, Holguín, en 1944. Tras su conversión, fue ordenado sacerdote. Profesa en la Congregación Hijos de la Caridad, y murió en un accidente de automóvil en 1982 en la provincia de Camaguey. Desempeñó el ministerio sacerdotal en Holguín y Manzanillo, Granma.