Es difícil presentar un libro como este, para mí que tengo, digamos, cierto entrenamiento en el asunto. Este texto me sobreabunda e interpela como lector neófito de estas cuestiones no soy politólogo, jurista, diplomático o economista, lindezas profesionales que abundan y están muy bien representadas en esta sala. En cuanto a economía y política solo conozco las formas del poder familiar, especialmente las de proveer los tres problemas fundamentales del cubano y su filosofía: desayuno, almuerzo y comida para mi familia de cuatro hijos, y en ese núcleo debo reconocer que la democracia tampoco se me da muy bien, desde la praxis trato de consensuar, pero termino imponiendo mi criterio, cuando mi esposa lo permite por supuesto. Así que a pesar de los riesgos, procuraré complacer la petición de los organizadores de este evento, mis amigos de Espacio Laical.