En abril de 1992 salió el primer número de Palabra Nueva, órgano de prensa de la arquidiócesis de La Habana. A pesar de su modesto formato y de los cambios notablemente sustanciales que ha tenido durante sus catorce años de existencia, puede afirmarse que desde entonces Palabra Nueva ya era una revista bien definida en sus propósitos, el más importante de los cuales fue y sigue siendo ofrecer al lector católico un medio informativo con géneros y temas variados que recojan los más diversos acontecimientos de la vida eclesial diocesana, de Cuba y el mundo con una perspectiva humanista cristiana.
Ello la convirtió en la primera publicación de su tipo en el ámbito de los medios de comunicación social eclesiásticos. Sus años de vida sostenida y el acrecentado interés de sus múltiples lectores –buena parte de los cuales no son practicantes del catolicismo y tampoco creyentes– confirman el éxito de esta publicación que antes de convertirse en papel impreso fue –aunque no le guste reconocerlo– el sueño de un hombre llamado Orlando Márquez, que por entonces tenía 29 años, y a quien Dios le cambió de súbito su orientación profesional.