Los jóvenes hemos celebrado durante esta Cuaresma unas semanas de intenso júbilo y de cercanía al Espíritu del Señor. Primero nos reunimos por vicarías para festejar, con el entusiasmo juvenil que nos caracteriza, el Día del Amor, sin olvidar por ello el momento litúrgico en el que nos encontrábamos y que siendo cristianos debíamos recordar la cumbre de este sentimiento en nuestro Salvador Jesucristo.

Posteriormente recibimos con gran alegría la noticia de que en conmemoración de los diez años de la visita de Juan Pablo II a nuestro país vendría el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. En los días siguientes no sólo permanecimos al tanto de sus actividades en suelo cubano, sino que acudimos también a la Plaza de la Catedral la noche del 21 de febrero para disfrutar, aunque fuese desde lejos, de la misa que ofició.