Una juventud cubana que busca

No cabe duda de que particularmente la juventud es una etapa de la vida en que la persona sale en busca del camino que le lleve a la realización humana más plena posible. Es la edad de los sueños, las esperanzas y las ilusiones en un futuro, que aunque incierto, no deja de seducirnos al invitarnos cada día a luchar por su conquista. Se trata de la conquista de una felicidad que queremos que sea real y auténtica,   dentro del marco de “altas exigencias” tan típicas de los que no sumamos demasiados años.

Corren tiempos en que los jóvenes topamos con muchos “ruidos” en la sociedad en que vivimos. El futuro se torna cada vez más incierto, los caminos que conducen a éste pueden parecer dudosos o difíciles de descubrir y de emprender. Sucede entonces que se vuelve común el perseverar en el deseo de conquistar una felicidad con altos niveles de exigencia, pero en un plazo lo más inmediato posible y con la menor carga de esfuerzo posible. Hay temor al compromiso serio, a largo plazo o definitivo. Se depositan demasiadas expectativas en cuestiones materiales inmediatas, y muy pocas en el crecimiento espiritual humano, así como los valores que éste supone.