El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el triunfo de las fuerzas aliadas, que integraron la Unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña, lamentablemente no constituyeron el inicio de un período de entendimiento y cooperación entre los países que habían combatido en la misma trinchera. La Unión Soviética y los países de la Europa del Este que decidieron establecer un sistema comunista formaron un bloque, y los países capitalistas desarrollados, encabezados por Estados Unidos, integraron otro, hostil al anterior.
Estos dos campos muy pronto entraron en una fase de enfrentamiento ideológico y cada uno de ellos trazó una estrategia para desarrollar su campaña política y socavar los cimientos de su oponente. De ese modo se inició la Guerra Fría, que se manifestó de muy diversas maneras: creación de potentes emisoras de radio dirigidas a los oyentes del otro bando, realización de congresos y eventos internacionales, desarrollo de costosas campañas publicitarias e impresión de libros, folletos y diarios, entre otras iniciativas. El bloque comunista dio vida, por ejemplo, a los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes. Sus contrarios idearon otros proyectos, como el Congreso por la Libertad de la Cultura.