Primero que todo agradecer a los organizadores del evento la responsabilidad que me han dado de participar en este panel y el privilegio de hacerlo con Rafael Hernández. Me sumo al homenaje que él ha planteado para el padre Carlos Manuel de Céspedes, que jugó un papel, en mi caso, muy cálido en acercarme a la Iglesia Católica cuando, por los años 90, empezamos sesiones de diálogo interreligioso entre la Iglesia Católica y la Comunidad Hebrea de Cuba. En aquel momento yo vivía aquí. Esa fue de las cosas menos importantes que hizo el padre Carlos Manuel, pero lo recuerdo antes que todo como un gran amigo, un intelectual, un guía.