El 17 de diciembre de 2014 los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron la decisión de restablecer relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU. La importancia del dato se entiende dentro del marco asimétrico de las relaciones cubano-estadounidenses, donde la disparidad de poder a favor norteamericano y de atención, a favor cubano, son los rasgos determinantes.
En los últimos 50 años, EEUU ha sido incapaz de subyugar al nacionalismo cubano. Cuba, por su parte, ha pagado su resistencia con un alto coste en desarrollo y libertades democráticas, adoptando un sistema unipartidista y de economía dirigida. Se inicia una nueva etapa con nuevos retos y oportunidades para los dos países, con consecuencias importantes para el dialogo hemisférico entre EEUU y América Latina.