Los tiempos que corren están llenos de violencia, la corrupción se extiende, las migraciones se suceden una tras otra en busca de una solución a los tremendos problemas económicos que sufren naciones enteras, los avances tecnológicos, sin duda agradecibles por tantas razones, han alcanzado dimensiones insospechadas, mientras por otra parte sufrimos una importante y gradual ausencia de valores que es necesario frenar para intentar recuperar algo de lo que se ha venido perdiendo en prácticamente todas las latitudes del planeta. Las crisis económicas se han desatado con una fuerza y una continuidad ciertamente alarmantes. Estamos en riesgo de perder también el gusto por la cultura humanística tradicional. Cintio Vitier sabía desde muy joven que estábamos atravesando una época difícil, con la injusticia entronizada y su consecuente menosprecio por los débiles.