AÑO 2018 Año 14 Nro. 4, 2018

Presentación de Re-Señas de libros (2008-2015)

por Cira Romero , Ricardo Luis Hernández Otero, Jorge Domingo Cuadriello

Jorge Domingo Cuadriello: Buenas tardes. Gustavo Andújar me dijo que tenía clases y que debía ausentarse y por lo tanto me pidió que asumiera yo la responsabilidad de anunciar la presentación de este libro mío. Vamos a pasar entonces, después de haber disfrutado, de haber degustado este plato fuerte que ha sido este magnífico panel, a la presentación, asumiéndola como una especie de postre sencillo o como un chupito. Se encuentran aquí para intervenir la investigadora y académica de la Lengua, pues entró a la Academia unos días antes que Leonardo Padura, Cira Romero. Está también presente el investigador Ricardo Luis Hernández Otero, que no se ha quitado el polvo del camino. Porque llegó ayer de un largo viaje y, sin embargo, ya está con nosotros. Vamos entonces a hacer brevemente la presentación de Re­señas de libros.

Cira Romero: No quiero empezar a leer estas brevísimas cuartillas sin antes felicitar al panel que hemos acabado de escuchar. Realmente yo no pertenezco a la era digital por razones obvias de edad; no estoy en ese mundo, apenas sé pasar un mensaje por el móvil, pero estos muchachos lo han hecho tan bien, lo han hecho tan correctamente, haciendo uso del idioma español que tantas veces maltratamos, que aunque yo me quedé fuera de muchas cosas porque usan términos que yo realmente no manejo, creo que han brindado un panel excelente.

Paso enseguida a leer estas brevísimas cuartillas que he titulado «¡Ojo con el crítico»! Para titular esta presentación me he apropiado del enunciado de uno de los trabajos más célebres de Virgilio Piñera, publicado en la revista Prometeo hace exactamente setenta años: «¡Ojo con el crítico!…» Pero digámoslo así, «Ojo con el crítico llamado Jorge Domingo Cuadriello».

Ante todo quiero precisar que la idea de dar a conocer al público Re­señas de libros (2008­2015) de la autoría de este amigo y colega de muchos años, no surgió de su voluntad, ni siquiera era su deseo, pues entre las características suyas figura la de querer pasar siempre inadvertido, pero esta vez no lo logró. Yo misma le insistí en que organizara su presentación y hasta me brindé para obrar como hoy, con todo gusto, lo hago. Pero digo más: la idea de integrar en un libro las reseñas que publicó en Espacio Laical entre los años que forman parte del título tampoco nació de él, sino de otro igualmente colega y amigo: Ricardo Luis Hernández Otero, que tuvo activa participación en la estructuración y conformación de la obra. Tenemos así, cosa rara, un libro surgido casi desde la involuntariedad de su autor y una presentación casi impuesta, pero lo cierto es que la casi encerrona que le dimos funcionó y creo que ha valido la pena, pues nos permite acceder de manera organizada a 111 reseñas de libros de su autoría pertenecientes a diversos géneros —poesía, testimonio, novela, biografía, cuento, estudios históricos, ensayos literarios— publicadas en el sitio que la revista le dedica a comentar libros, sección que él generalmente atiende, además de cumplir con sus funciones como jefe de redacción de la misma. El conjunto ahora presentado tiene como denominador común a Cuba, algunos por la nacionalidad de los autores y otros por los temas, como se expresa en las «Palabras iniciales».

Lector y enjuiciador permanente de los libros que lee, aún cuando no escriba sobre todo lo que examina, Jorge Domingo Cuadriello, a través de Espacio Laical, una revista que está llamada a trascender —ya hoy lo hace— cuando, desde la perspectiva de los años, se analice el hoy de Cuba, le ha permitido desarrollar una voluntad de ejercer el criterio desde una posición que no está sujeta a compromisos ni con el autor ni con la editorial que lo auspicia, sino que sus juicios, a veces fuertes, muy fuertes, sostienen sus razones cuando un libro cualquiera no lo satisface y tal postura, bien lo sabemos, no suele ser el común denominador de nuestra crítica y de nuestros críticos, más proclives al elogio que al reparo. Por supuesto, no toda esta enorme producción de reseñas está hecha para descalificar, pero lo cierto es que si algo distingue el quehacer de Jorge en esta vertiente de su producción literaria es la de ser, en los días que corren, según mi parecer, el enjuiciador más sistemático de nuestra producción no solo en temas literarios, sino que también le interesan otras líneas de trabajo, y ese es un mérito indiscutible que él mismo se ha forjado gracias a un quehacer sostenido y serio y, lo reitero, sin establecer pactos previos que oscurezcan la diafanidad de sus pareceres, con los que podemos o no estar de acuerdo, pero siempre surgidos de su recia verticalidad intelectual como profundo conocedor de las letras cubanas, las de hoy y las de ayer.

De izquierda a derecha: Jorge Domingo Cuadriello, Cira Romero y Ricardo Luis Hernández Otero.

De izquierda a derecha: Jorge Domingo Cuadriello, Cira Romero y Ricardo Luis Hernández Otero.No podría hablar de un apego de Jorge a un método o sistema crítico en los juicios emitidos, pues no se ha comprometido con ninguna escuela literaria, como tampoco se podría aludir a su comunión con determinados presupuestos teóricos, pero el hecho de ser fiel a sí mismo y a su conciencia le confieren a sus reseñas un valor acaso mayor que si estuvieran sometidas al corsé de aparatajes técnicos impuestos desde fuera. Su propuesta es aparentemente simple, pero tiene consecuencias que quizás no podrán ser aquilatadas desde el hoy que vivimos, sino desde el futuro que vivirán aquellos que la edad les conceda el privilegio de sobrevivirnos. Entonces, aunque desde el hoy ya es posible verificar el valor de sus opiniones gracias a la aparición de este libro, se podrá en verdad saber cuánta importancia tienen y tendrán sus interpretaciones con las miras siempre puestas en el futuro inmediato y mediato.

Sin complejidades verbales, su objeto de estudio, en este caso el libro previamente seleccionado, deja de ser un mero hecho y en sus manos se convierte en un elemento dialogante que nos recuerda aquello que expresó el peruano Antonio Cornejo Polar:

Mucho se pierde si el rigor científico ilumina niveles finalmente accesorios, dependientes, y elude una y otra vez lo que es el fundamento de la literatura: su condición esclarecedora de la aventura terrena del hombre. Se trata de afirmar lo que no debería haber dejado de ser evidente: las obras literarias (o no solo ellas, digo yo) y sus sistemas de pluralidades son signos y remiten sin excepción posible a categorías supraestéticas: el hombre, la sociedad, la historia.1

Re­señas de libros (2008­2015) es obra con cuerpo y también con alma y acaso solo el tiempo podrá discernir si en verdad constituye una propuesta coherente, pero desde ya me atrevo a afirmar que sí lo es porque Jorge es un verdadero activista, uno de cuyos sinónimos, si es que acaso existen como categoría semántica, es el de provocador. Sostengo que sí: Jorge Domingo Cuadriello es un honrado levantisco de las letras cubanas, cuyos pareceres en algo me hacen recordar a aquel Ventura Pascual Ferrer decimonónico de El Regañón, tan venerado por José Lezama Lima y repudiado por Cintio Vitier, pero nuestro Jorge, valga aclararlo, nunca ha sido un crítico bilioso, como lo fue, en su momento, Emilio Bobadilla, el emblemático Fray Candil de las letras cubanas.

Creo que desde las páginas ya emblemáticas, por más de una razón, de Espacio Laical, Domingo ejerce una crítica literaria honesta, personal y de largo alcance, que vista ahora desde un volumen de 293 páginas, que incluye, por años, las reseñas y su localización en la revista, un índice alfabético de los autores de las obras comentadas, con remisión al número consecutivo de cada reseña, un índice alfabético de las editoriales, con remisión al número de cada reseña y un índice onomástico general, anexos que mucho se agradecen, nos permiten comprobar que su operación crítica ha sido, y esperamos continuará siendo, productiva, y aunque no persigue contentar, sino comprender y hacer comprender, establece con sus juicios una dinámica de especial connotación discursiva que revela y hace entender, que intenta diseñar un cuerpo de ideas que si bien es tentativo nos permite constatar que hay un rumbo, un camino, que si bien puede a veces no contentar a autores sometidos a escrutinio, en definitiva lo que vale, más allá del gesto crítico, es saberlo un constante seguidor de nuestra producción editorial en sus áreas de interés.

De la lectura de Re­señas de libros (2008­2015) obtendremos juicios valorativos, una perspectiva pluralista en temas y géneros abordados y, sobre todo, palparemos lo que es la verdadera consagración del crítico que es Jorge Domingo Cuadriello. Muchas gracias.

Ricardo Luis Hernández Otero: Buenas tardes y muchas gracias a todos por su asistencia. En realidad no venía preparado para hablar aquí y ahora, así que disculpen el tono de improvisación de mis palabras. Apenas ayer regresé de una estancia de varios meses fuera del país y solo entonces supe de esta actividad y decidí que no podía faltar a ella por mi condición de gestor del proyecto que, al fin, ha hallado su concreción en el libro cuya presentación nos convoca. En efecto, durante mucho tiempo estuve animando a su autor, el investigador y crítico Jorge Domingo Cuadriello, compañero en afanes y proyectos investigativos durante muchos años, para que me autorizara a compilar en un volumen sus numerosas reseñas críticas de libros publicadas entre 2008 y 2015 en la sección «Re-señas» de la revista Espacio Laical, de la cual es jefe de redacción y más recientemente, además, editor. Trabajo me costó llegar a convencerlo de la utilidad de que ese conjunto de textos alcanzara mayor trascendencia y perdurabilidad presentado en formato libro. Aun antes de que él accediera y el Centro Cultural Félix Varela, en la persona del director de su revista Espacio Laical, aprobara la publicación del volumen, ya había adelantado bastante en la elaboración del proyecto de libro, finalmente conformado por las 111 reseñas suyas que vieron la luz en Espacio Laical en los años señalados, presentadas en la sucesión cronológica consecutiva de su publicación en la revista y seguidas por varios índices que sin duda coadyuvarán a una mejor intelección del volumen, a saber, en este orden: alfabético de autores de las obras reseñadas (que lista más de un centenar de nombres entre cubanos y extranjeros, muchos de los primeros residentes fuera del país) y de editoriales (con sesenta y tantos registros entre nacionales y foráneas) e índice onomástico general (trece páginas del libro), según he podido constatar tras una rápida revisión del volumen acabado de recibir. Quiero excusarme por no haber podido escribir el prólogo que formaba parte del proyecto y que ha sido asumido, bajo el título de «Palabras iniciales», por Espacio Laical. Debo hacer referencia también en esta ocasión a la honestidad del autor, quien exigió la reproducción de sus reseñas tal y como habían aparecido originalmente en las páginas de la revista, criterio respetado en todos los órdenes, aunque opuesto al mío. De tal criterio personal del compilador no debe colegirse que hubiese muchas correcciones o aspectos mejorables en estos textos críticos de Jorge Domingo; simplemente se hace referencia al habitual pase de mano o pulimento final característico del trabajo editorial para una obra de la índole de la que nos ocupa. Quisiera destacar, antes de terminar, la calidad de las reseñas aquí compiladas, en la cuales cada autor u obra ha recibido una justa y bien fundamentada valoración crítica, ajena por completo a complacencias con amigos o reputaciones, a preferencias por una u otra tendencia, o una u otra editorial, así como la variedad genérica de los libros comentados: poesía, novela, cuento, crítica y ensayo literario o artístico, historia, testimonio, investigación. Nada más me resta decir por el momento. Espero que el libro disfrute de una buena acogida y demuestre que el ejercicio del criterio en nuestros medios es realizable cuando se tiene la voluntad para ello, como es el caso de este ejemplar conjunto de reseñas de Jorge Domingo ahora reunidas en volumen. Muchas gracias.

Jorge Domingo Cuadriello: Bueno, unas palabras nada más. Como ustedes se habrán podido percatar los elogios de estos viejos amigos han estado dictados precisamente por la amistad y una relación entrañable. Todo libro tiene su historia y yo no voy a hacer la historia de este libro, ya en síntesis ellos la han contado, la iniciativa de Ricardo Luis Hernández Otero de hacer la compilación de estas reseñas que a lo largo de muchos años yo había estado sacando en la revista Espacio Laical. Él hizo la compilación, hizo el índice también, aunque no logró completarlo. Yo me quedé sorprendido cuando vi el resultado y me di cuenta que había estado escribiendo bastante durante varios años. Y todo surgió porque sentía un poco de lástima y de molestia, de indignación incluso, en el sentido de que salían buenos libros aquí en Cuba, se publicaban, se presentaban en la Feria del Libro y después pasaban inadvertidos; es decir no tenían una repercusión en la prensa, no había entonces quien le hiciera una reseña. Y con esa intención de darles un poco de visibilidad y también, por otra parte, utilizar ciertos patrones valorativos y establecer jerarquías y resaltar los méritos de esos libros y también señalar sus errores, sus deficiencias, me lancé a hacer este tipo de crítica a veces un poco severa. La crítica literaria cuando se lleva a cabo de una forma verdaderamente objetiva, rugurosa, generalmente provoca disgustos y enemistades. La poetisa Fina García Marruz en La familia de Orígenes decía que en nuestro medio, en Cuba, la crítica literaria es algo así como un oprobio imperdonable, y es verdad. A lo mejor en Argentina y en Cambodia pasa lo mismo; pero aquí en Cuba la susceptibilidad es muy grande y algunas reseñas me han provocado disgustos con algunos autores. Esos son los resultados que uno tiene que recoger al ejercer la crítica literaria. Bienvenidos sean siempre que esas enemistades, esos disgustos, lleguen como resultado de un acto de conciencia de uno como crítico. En total abordé 113 libros porque si bien son 111 reseñas hay dos que tienen dos libros. Casi todas están dedicadas a obras relacionadas de algún modo con la realidad cubana, porque si bien muchas de ellas son de autores cubanos, otras son de autores españoles o de otros países, pero relacionadas con Cuba.

Quiero darle las gracias a Ricardo, a Cira, al diseñador que lamentablemente no puede estar aquí presente por cuestión de trabajo, José Antonio González Baragaño. Él hizo una labor de diseño muy linda, yo me he quedado encantado con la portada del libro y que llegue a él mi agradecimiento. Ahora, lamentablemente me toca hacer también el comercial de decirles que el libro se está vendiendo allí en el fondo, al igual que se están vendiendo los últimos números de la revista Espacio Laical a dos pesos cubanos y este libro a diez pesos cubanos. Piénsenlo bien porque estamos a fin de año, se hacen muchos gastos y a lo mejor diez pesos cubanos afectan la canasta familiar.

Gracias a todos por esta presentación.

Muy importante, tenemos una merienda.

Nota:

  1. Antonio Cornejo Polar, Sobre literatura y crítica latinoamericana. Ediciones de la Facultad de Humanidades y educación, Universidad Central de Caracas, 1982, p. 10.