La familia es el núcleo primario y vital de la sociedad y de difícil sustitución, por ser el vehículo privilegiado para transmitir aquellos valores que ayudan a la persona a adquirir su identidad. De la familia y de la sociedad se reciben aprobaciones y censuras que llevan a formar los principios rectores. Pero los valores que implican asumir responsabilidades, más que enseñados deben ser testimoniados en el medio familiar. Fuera de toda duda, la familia es el ámbito más apropiado para hacer crecer las potencialidades personales y sociales que tienen el hombre y la mujer dentro de sí.