(La Habana, 1890 – Ídem., 1976). Ensayista, periodista, historiador y diplomático. En la Universidad de La Habana se graduó de Doctor en Pedagogía (1920) y en Filosofía y Letras (1921). Durante el gobierno de Alfredo Zayas ocupó la Subsecretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. Fue Catedrático Auxiliar de Literatura Castellana en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y Gran Maestro de la Masonería en Cuba (1928-1931). También ocupó la vicepresidencia de la Asociación de la Prensa en Cuba y la presidencia del Círculo de Bellas Artes. Perteneció a la Academia de la Historia de Cuba y a la Academia Nacional de Artes y Letras. Colaboró en numerosas publicaciones periódicas, entre ellas Alerta, Diario de la Marina y El Siglo, y su amplia bibliografía incluye los títulos Enrique Piñeyro: su vida y su obra (1922), Lecturas cubanas (1924), La crítica en la literatura cubana (1930), La vida amorosa de Martí (1937), Sinfonía del terru ño (1949), La historia es un «relajo» (1954) y Libros y autores cubanos (1956). Durante la dictadura de Batista se desempeñó como Embajador de Cuba en España (1952-1955) y en Venezuela (1957-1959). Después del triunfo revolucionario ocupó la dirección de la Academia Cubana de la Lengua. Entre otras condecoraciones, recibió la Orden Caballero de la Corona (Italia), la Orden José Rizal (Filipinas), la Gran Cruz de Isabel la Católica (España) y la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes (Cuba). El presente artículo suyo lo hemos tomado del periódico El Mundo Año 50 Nro. 15804. La Habana, 11 de abril de 1951, p. 6.